domingo, 17 de marzo de 2024

REFLEXIONES XIII

 

REFLEXIONES XIII

 

 

Yo creo y estoy francamente convencido, de que las personas que estamos en las últimas etapas de la vida, y también las personas que han alcanzado cierto grado de madurez ,todos tenemos la obligación y la necesidad de dar testimonio de lo que nos ha sucedido y de manera crítica opinar y tratar de ejercer lo poco que tenemos de influencia, para intentar modificar los errores,  (que nosotros mismos hemos cometido), con el objeto de que sirva para dar testimonio y así intentar modificar la conducta de las personas que estamos dejando a cargo en este mundo que les estamos heredando, para bien o para mal.

Por lo tanto, es necesario, es imperativo, revisar y reformar hasta donde se pueda, los procedimientos educativos actuales, me refiero fundamentalmente, a la Educación Familiar, que es la principal y más importante influencia que puede modificar y moldear el incipiente cerebro humano.

¿Han notado la gran cantidad de hogares y familias “modernas”, que son conducidas exclusivamente (heroicamente), por una Mujer sola? ¿Porqué será esto? pues más probablemente porque el hombre (así con minúsculas), moderno ha claudicado en su función de ser la cabeza, el líder natural y sustento de la familia, el núcleo básico de las sociedades humanas. El hombre, simplemente no ha evolucionado (su cerebro) de acuerdo con su responsabilidad y se conduce como un animal instintivo y egoísta, que sólo busca su personal placer, bienestar y satisfacción. La mujer moderna, tampoco ha estado al nivel que requieren su familia e hijos, porque aunque han hecho notables esfuerzos (muy loables) para substituir al “macho” ausente, dedican gran parte de su tiempo en esfuerzos de  ”Reivindicación Femenina” y en su lucha por tal entelequia, han olvidado su papel fundamental de educadora, cuidadora y criadora básica de los pequeños seres humanos, que son su natural  principal y elemental responsabilidad.

La educación y formación del pequeño cerebro humano, es la base supremamente importante, de la posterior conducta durante su niñez adolescencia y juventud, y en cierta medida, puede evitar conductas delictivas drogadicción y delincuencia juvenil. Esta parece ser la causa básica de los errores y de la manera de actuar y conducirse, cuando sean mayores. si el niño presencia maltratos a su madre, primero se alarma y angustia, pero después imita la conducta brutal de su padre, porque piensa, que así debe de actuar un “hombre”.

Todo esfuerzo educativo posterior, a los primeros meses o años de edad, será frecuentemente condenado al fracaso, a la mediocridad, a la conducta antisocial o perversa. De poco, o nada servirán los costosos esfuerzos educativos posteriores para formar individuos exitosos económicamente, con grandes aptitudes físicas o mentales, si no han tenido una sana educación emocional y una adecuada formación científica, que conduzca hacia un desarrollo cerebral, que les proporcione suficiente capacidad intelectual y una actitud razonable, para lidiar con los problemas de la convivencia y la supervivencia, en armonía con la Naturaleza.

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