jueves, 20 de febrero de 2014

PARA SACARLE MÁS JUGO A LA VIDA

HOLA BETS,CONTINUAREMOS LA LECTURA DEL "SOBREVIVIENDO" CON EL IV CAPÍTULO, A VER QUE LES PARECE:

PARA SACARLE MÁS JUGO A LA VIDA

Let`s make the most of it”.
(Frase norteamericana, que se utiliza, cuando confrontado con una situación
difícil, es preciso superarla).
¿Quién de nosotros no ha tenido tiempos o momentos difíciles en el curso de una larga vida llena de retos, problemas, sinsabores y también, hay que decirlo, de momentos gloriosos, placenteros, agradables o simplemente disfrutables?.
¿No han notado un curioso efecto del tiempo, en el que los momentos difíciles y dolorosos, parecen durar una eternidad (cuando los estamos sufriendo), y en cambio las experiencias agradables y momentos felices, suelen percibirse como efímeros y fugaces?.
También, en nuestra experiencia, el viejo “Padre Tiempo”, nos hace muchas otras travesuras, o más bien nuestra personal percepción de cómo transcurren los minutos, horas, días, etc.. Por ejemplo, cuando esperamos algún suceso agradable, la espera es desesperadamente lenta, ¿no es así?, y cuando ya sucedió, nos parece que fue demasiado rápido para haberlo disfrutado con suficiente intensidad, ¡Da coraje!, ¿No?.
Bueno, pero sucede que nosotros “Los Betabeles”, (como decía la hijita de uno de mis amigos y entrañables compadres), “se divierten como enanos, cuando están juntos y escuchan su antidiluviana música”. ¿Y saben qué?, es absolutamente cierto, por qué?, Por que “recordar es vivir”.
También, vale la pena hacer notar que todos los que hemos tenido la experiencia de soportar situaciones difíciles, peligrosas o dolorosas, (o sea: todos nosotros, sin duda); Operaciones quirúrgicas, desastres económicos, pérdidas irreparables de alguien querido, situaciones dolorosas, angustiosas o ridículas (¿Quién no ha hecho el “oso”, de vez en cada rato?). Son los “Golpes de la Vida”, y los hemos superado Gracias a Dios y con el apoyo de los que más nos quieren. Cuando recordamos todo eso, no lo apreciamos como algo tremendamente insoportable (como cuando nos estaba sucediendo en ese momento), sino más bien como algo horrible que nos pasó, y que aunque no quisiéramos de ninguna manera repetir la desagradable experiencia, la memoria minimiza, apacigua y disminuye sensiblemente el episodio doloroso. Esto sucede porque el registro cerebral de tales episodios, es tan desagradable, que como mecanismo defensivo, la memoria disminuye la relación temporal del hecho y el hecho mismo tiende a olvidarlo o a minimizarlo.
Lo opuesto también sucede; Los acontecimientos agradables o los que nos han producido más felicidad, aunque hayan sido efímeros, o aún ni siquiera tan felices ni realmente tan agradables. La memoria de tales hechos, se idealiza, se magnifica y supera con creces el agrado de recordarlos. ¿Curioso, no?. “El hombre es el animal que más empeñado está en autoengañarse”, (si no lo dijo Schopenhauer, lo diré yo ahora).
En fin, ha llegado el tiempo cuando, “Tengo más pasado que futuro” (esto si recuerdo claramente que lo dijo Diego Fernández de Cevallos), no tiene caso mirar hacia atrás y lamentarnos de lo que pudiéramos o debiéramos haber hecho. Como dijo la bella jovencita que con razón o sin ella, se sentía asediada por un hombre maduro: “¡Ay viejo este, si podría haber sido mi padre!”, a lo que el supramaduro galán contestó: “¡Pude, pero no quise”!. Recordemos: todo tiene su tiempo y su lugar, y no hay nada más doloroso que lamentarse de lo que pudiendo hacer, simplemente elegimos no realizar.
Esto a mi manera de ver, significa que “el Tiempo es una Magnitud Relativa”, (ya lo demostró Albert Einstein). Por lo tanto y en obvio de tal, me permito hacer unas pequeñas recomendaciones:
Recomendación número 1.- -No mirar hacia atrás si no es para no repetir los mismos errores-. Hacer lo mismo que nuestra memoria intuitiva y automáticamente hace; disminuir lo desagradable, “Los caballeros no tenemos memoria”, lo pasado, pasado está, “Tú descansas y yo también”, “El muerto al pozo y el vivo al retozo”.
Recomendación número 2.- “Accentuate the positive” , como en la hermosa canción de la no menos hermosa Jo Stafford. Pongamos acento en las cosas agradables que nos pasan o que vivimos antes, ayudémonos de todo lo que podamos; antiguas amistades, música, películas, libros, etc., hablemos de ellas, contemos nuestra historia, reír de nuestras aventuras y peripecias, hagamos una pequeña novela de nuestra vida, agreguémosle sabor si no lo tenían, una pequeña mentirilla blanca, exageración o algo. No importa que digan: “¡Viejo mentiroso, exagerado y presumido!”, sobre todo cuando los que pudieran habernos desmentido ya no lo podrán hacer, (¡Dios los tenga en su Gloria!).
Recomendación número 3.- “Be the starry eyed optimist”; (imposible olvidar a Bing Crosby).- ¿Han notado como a la gente optimista, le brillan los ojos?, Siempre están pensando que algo bueno les va a suceder.. Lo increíble del caso, es que cuando uno es así, por alguna razón misteriosa (mágica), algo bueno o casi bueno (lo que es lo mismo), pasa. Y si por alguna razón, también misteriosa, esto no pasa, ¡Psst! Bueno, ya pasará y si no alcanza el tiempo, no importa, a otro más merecedor que yo, le pasará, y ¡que bueno!, de todos modos será ganancia.
Recomendación número 4.- Ser “Joven de Corazón”; “Cuando haya un hueco en tu vida… Llénalo de Amor”, dijo sabiamente Amado Nervo. Amar, amar sin medida, amar siempre, sin discriminación alguna, (amigo o enemigo), sin final, sin vergüenza, (no “chinvengüenchón”), desterremos para siempre el odio, el resentimiento, la envidia, el celo, la intolerancia. Si no es ahora, ¿cuándo?, no desperdiciemos lo que nos queda de vida odiando, perdonemos viejas ofensas o querellas sin sentido, no sirven para nada., lastiman más al que odia que al receptor del mismo.
Recomendación número 5.-. Dediquemos lo que nos queda de tiempo en pensar en los demás y buscar como hacer feliz a alguien. No es tan difícil como parece. Aún pequeños gestos de amistad y comprensión para las personas que nos rodean; esposa, hijos parientes amistades, muy importantemente personas que nos atienden y nos sirven, un gesto amable, una sonrisa, un “gracias” de corazón, un detalle de agradecimiento, un estímulo económico, dejemos la “pichicatería” de lado, seamos espléndidos y generosos con lo mucho o poco que tengamos, pero nunca “compremos afecto”,(hay una sutil e importante diferencia en esto, tiene que ver con la forma, el estilo y la persona que elijamos).
Recomendación número 6.- Aprendamos (si no lo hemos hecho antes) a disfrutar de la vida: Las pequeñas cosas, son las más importantes: Las puestas de sol, la música, la actividad física moderadamente extenuante, la conversación con todo tipo de personas (todos tienen algo que decir y todos quieren contar su historia), todos nos enseñan algo, cultivemos el arte de escuchar con simpatía. No adelantemos consejo no solicitado. Seamos prudentes en el recomendar y asesorar.
Recomendación número 7.- Nunca terminemos de aprender. Que la curiosidad ante todo lo que sucede a nuestro alrededor, fenómenos naturales y sucesos humanos de todo tipo, no se agote. Seamos como niños, ávidos buscadores de información., interesémonos en todo, el mundo actual, moderno es (siempre lo fue), una divertida comedia y una conmovedora tragedia. Nunca digamos; “esto ya lo he visto, ya lo sé, ¡Qué aburrido!”, siempre habrá algo nuevo a la vuelta de la esquina. El mundo actual, es precisamente el “Siglo de la Información”, Aprendamos un nuevo idioma, una nueva canción, una nueva receta, una nueva manera de hacer las cosas, como manejar los nuevos “gadgets” electrónicos, computadoras y demás (¡Cosas del diablo que sirven mayormente para perder el tiempo!), probemos aquellas cosas que nunca nos habían gustado, (¿espinacas, chayotes, ostiones?, ¡Aghh!), nos pueden sorprender.
Recomendación número 8.- Nunca perdamos el buen humor; Todas las cosas tienen un aspecto cómico, si lo sabemos apreciar, pero lo más divertido e hilarante de todo es precisamente nuestra elegante y austera persona. Veámonos en el espejo; “¡Qué cara, qué gesto, qué carahos es esto!”, no nos tomemos demasiado en serio, practiquemos diferentes expresiones y tipos de cara, las más cómicas son cuando nos ponemos serios, verán. Metámonos de cabeza en las intrincancias del sentido del humor, una buena fórmula es: Hablar con seriedad y solemnidad de algo absurdo y sin sentido.
Recomendación número 9.- (esta debería sin duda ser la primera y más importante): Cuidemos nuestra salud con exceso de sentido común y responsabilidad. Pensemos que nuestro cuerpo es el mejor y único instrumento que jamás tendremos. Es increíblemente, tonto y paradójico que cuidemos más a nuestro automóvil que a nosotros mismos. Más adelante tocaremos este tema tan importante con más minuciosidad, si me lo permiten.
Recomendación número 10.- (Ya son muchas recomendaciones, ¡se me está pasando la mano!). Pero no puedo dejar de recomendarle; SONREIR, SONREIR siempre, aunque nos tilden de bobos. Como en el matrimonio: “En la salud y en la enfermedad… en las buenas y en las malas y hasta que la muerte nos separe”. No hay mejor manera de ser feliz hasta el final, y después.



miércoles, 12 de febrero de 2014

¡OH TEMPORA, OH MORES!

HOLA CHICOS Y CHICAS BETS.
DESPUÉS DE UNA AGRADABLE CONVERSACIÓN CON ALGUNOS DILECTOS AMIGOS
ME QUEDÉ PENSANDO,,,  Y ESTO SE QUEDÓ "EN EL TINTERO"
A VER QUE OPINAN:

¡OH TEMPORA, OH MORES!

(Esta frase atribuida a Cicerón en el Siglo I AC, menciona la preocupación del notable pensador romano acerca de la degradación de usos, costumbres y moralidad de la sociedad romana de su época, que definitivamente contribuyó a la decadencia, putrefacción y desaparición del Imperio Romano, en la cúspide de su esplendor y poderío).

El otro día, conversando con algunos amigos que tuvieron la gentileza de visitar a un par de viejos anacrónicos, y con los cuales nos unen múltiples y queridas vivencias. En la amenidad de la plática, cayó el tema de lo que ha cambiado la vida para todos nosotros. Nos dimos cuenta mi esposa y yo, que en verdad ha pasado el tiempo (más de 40 años) y ya ninguno somos lo que fuimos. Será que ellos han cambiado más que nosotros, o verdad no nos conocemos tanto como creíamos.
Surgieron las naturales discrepancias de enfoque y punto de vista que eran de esperarse, pero lo sorprendente para mí y para mi “mejor parte”, fueron sus conceptos y enfoque acerca de la Familia, el Matrimonio y el Sexo.
Y creo firmemente, que no es que seamos particularmente puritanos, sino que hemos tenido experiencias diferentes.
Las discrepancias son fundamentalmente en la importancia que la sociedad moderna le dá a la actividad sexual (en mi opinión exacerbadamente importante). Y parafraseando a un ilustre tocayo mío, Oscar Wilde genio literario del Siglo 19 que mencionaba: “En la actualidad, el Sexo es hipervalorado por todos..., el populacho, está obsesionado, las posiciones son ridículas, estrambóticas y extenuantes, el placer, cuestionable y efímero, el riesgo prohibitivo y el costo desusadamente elevado”.
Yo sostenía (y sigo sosteniendo), que el matrimonio y el sexo son connaturales a la especie humana, y ya que el hombre y la mujer, al no ser iguales sino complementarios, consideramos que el Sexo y el Matrimonio tiene como objeto fundamental la formación de una Familia, la Procreación y la Educación de los nuevos seres humanos que continuarán la Vida después de nosotros.
Ésto provocó inconformidad y acusaciones de; machista-intolerante-cuadrado-misógino-mocho, por parte de las féminas de la reunión. Pero lo siento chicas, no hay manera de convencerme de que somos realmente iguales, semejantes y “parejas”, porque aunque de la misma especie estamos irreversiblemente atraídos el uno a la otra (como los insectos a la luz y hacia su perdición) y diseñados maravillosamente para la procreación, somos claramente desiguales, opuestos si se desea (Gracias a Dios), pero no iguales. Somos por así decirlo “Radicales Libres”, con valencias abiertas ávidas de unirse para formar moléculas estables y funcionales. Como el Hidrógeno y el Oxígeno, que forman el Agua. (Dicen que el Hombre soltero es un animal imperfecto, pero yo creo que el Hombre casado, es “un perfecto animal”).
Mencionaba que siendo el matrimonio moderno un Contrato Social, diseñado para darle sentido y cohesión a las sociedades humanas, es fundamentalmente una suerte de “Incubadora de Seres Humanos”, que funciona mejor cuando cada uno de los miembros de la familia cumple su cometido respetando las atribuciones y funciones de cada miembro a cabalidad. Las sociedades humanas que formaron; familias, tribus, comunidades, estados y naciones, han permitido el desarrollo y mejor desempeño de los seres humanos que poblamos este planeta.
Sin embargo, con los modernos afanes de “Liberación Femenina” éstas atribuciones, funciones y prerrogativas, se han diluido, disminuido y parcial o totalmente desaparecido, para desgracia y disfuncionalidad de las familias modernas.
En mi humilde opinión, esto es debido a que la Mujer en su desaforado intento de “Igualdad”, hacen hasta lo ridículo con tal de semejarse al (obviamente inferior) Hombre y descuidan y desprecian su sagrado deber de procrear, cuidar y educar a los pequeños seres humanos que Dios a puesto en su custodia. Incidentalmente esta es la tarea más importante que pueda realizar cualquier ser humano, no hay nada más importante ni de mayor trascendencia en la vida.
En ese sentido opiné (para mi desgracia), que el Hombre moderno, en ésa lucha, ha perdido o está en visas de perder la Hombría y la Vergüenza! y la Mujer la Feminidad y también la Vergüenza! Sus afanes y luchas se han reducido a una búsqueda insensata del placer, del dinero y del poder.
Esto desató -como era de esperarse-, la furia y desacuerdo de todos, sin embargo pasadas las pasiones e irritaciones que suscita tal comentario, no me queda duda de que algo hay de cierto en ésa opinión y que éso explica a cabalidad los problemas de “pareja” modernos, y también la enorme cantidad de conductas antisociales y criminales que padecemos hoy-día.
El Sexo, que modernamente y curiosamente denominan; “Género”, es la primera y fundamental diferenciación que sufre el embrión humano desde la primera mitosis que dió origen a la vida humana y así es en el Reino Vegetal y Animal, con excepción de los seres vivos unicelulares.
Esa diferenciación, permite la existencia de organismos multicelulares con sistemas orgánicos complejos ya que los diferentes órganos y sistemas requieren una fina armonía para realizar sus complicadas funciones. En éste sentido existen tejidos órganos y sistemas especializados para reproducir de manera integral un nuevo especimen totalmente diferente, gracias a la mezcla de los genes de dos individuos de la misma especie, pero de diferente estructura e identidad cromosómica, es decir, de diferente SEXO.
Sin embargo, no es tan fácil como suena, como bien lo saben aquellas parejas que hacen hasta lo indecible para procrear, cuando esta sagrada función tercamente se les niega. Por otra parte, en otras ocasiones, la vida es tan terca (y tan sutil) que se desliza “sin querer queriendo” como dijo Chespirito. (¡Ah canijos muchachos tan “calientes”!).
El Sexo, ese misterioso y maravilloso don Divino, es omnipresente en nuestras vidas, no cabe duda, pero no es gratuito, no es un juguete, no es una novedosa o antigua “Apps” del ser humano, es fundamentalmente un instrumento, un diseño, un Mandato Divino, para hacer persistir nuestra especie (y mejorarla) en éste planeta.
Como tal, merece respeto, consideración, atención y cuidados inteligentes. De ninguna manera es solamente una hermosa y placentera diversión. Cierto es que probablemente no existe actividad más placentera en el devenir humano (si podemos hacer abstracción de; Tripular un esbelto “Ocho-remos-largos-con-timonel”).
Y ¿Porqué es tan placentera la actividad sexual?
Bueno, pues exceptuando a aquellas iluminadas personas a las que no les guste (nuestra admiración hacia éllas, eso de éllas no tiene connotación de “género”, en gustos se rompen géneros), parece obvio que ese gustito se debe a que si no nos gustara, es decir si no fuera tan tremendamente placentero, pues el ser humano y la mayoría de los seres vivos de éste planeta..., simplemente no existiríamos.
Hoy día se sabe con mayor precisión cuales son los mecanismos de la sensación placentera, que es netamente cerebral, y culpamos a estructuras límbicas del Hipotálamo en el Tallo Cerebral, y también a la presencia e interacción de substancias neurotransmisoras como la Dopamina, la Adrenalina y hormonas como la Progesterona y Testosterona. Incidentalmente muchos de estos mecanismos están presentes en la respuesta cerebral a muchas substancias enervantes como la Cocaína, la Anfetamina y sus derivados, de ahí su capacidad severamente adictiva.
La actividades sexuales hoy día, tal parece que tienen como objeto primordial la consecución del placer mediante un mayor y mejor desempeño orgásmico, la mayor satisfacción erótico-sexual. En muchas, muchísimas “parejas” esto parece ser la única razón de hacer vida en común. Nos olvidamos que la Familia es la base de una sociedad sana y funcional, y que las naciones deben su éxito a esta forma de convivencia.
El coito y toda actividad sexual, antes después, entre múltiples individuos del mismo o diferente sexo, de cualquier manera, de cualquier forma, cualquier posición, cualquier orificio, cualquier instrumento, con cualquier animal, vegetal, cibernética, virtual, telefónica o psicodélica, es visto hoy día con admirable (?) tolerancia y “amplitud de criterio”.
Y los que vemos en esto una degeneración de la sagrada función sexual en las sociedades modernas y una clara desviación del poderoso Instinto Sexual somos tachados de obsoletos, intolerantes, homofóbicos, persignados y egoístas.
El admirable Instinto Sexual, está ahí, a veces se pervierte y desvía, y es preciso que la inteligencia lo conduzca.
Recordaré lo que un querido maestro mío de la Facultad de Medicina mencionaba: “El Dios de los cristianos, perdona siempre, el Hombre perdona algunas veces, pero la Naturaleza..., no perdona nunca” .
Se aceptan discrepancias.


martes, 4 de febrero de 2014

EL SÍNDROME DE LA POST-MADUREZ HUMANA

HOLA CHICOS.
SI LES PARECE CONTINUAREMOS ALGUNAS DISERTACIONES ACERCA DE "SOBREVIVIR".;
EL SÍNDROME DE LA POST-MADUREZ HUMANA.
Para qué las quiero tiernas… Si cuando están maduras, caen solas”.
(Decir de mexicana picardía).

Cuando me preguntan; ¿En qué etapa de la vida me encuentro?, Yo les respondo que en la etapa reproductiva, porque todos los seres vivos; “Nacen, Crecen, se Reproducen y Mueren”, Y como yo no estoy muerto, pues…
En el primitivo orden del Reino Animal, el individuo que pierde la capacidad de reproducirse, degenera rápidamente, es expulsado de la comunidad, abandonado a su suerte si le va bien, cuando no, asesinado inmisericordemente.
La “Sabia Naturaleza”, es así. El admirable instinto maternal (o más raramente el paternal), deriva del básico y poderosísimo Instinto de la Preservación de la Especie, y tiene como sustento natural el mecanismo de la supervivencia de los más aptos. Como quiera que entendamos el absolutamente asombroso y Divino, mecanismo de La Creación, a través de los mecanismos evolutivos que la ciencia moderna no deja con lugar a dudas.
No podemos negar nuestra naturaleza animal, so pena de automáticamente descender en la escala evolutiva (caso que la hayamos escalado significativamente).
Dicen que el “Hombre Soltero es un Animal Imperfecto”, pero yo digo que más bien el hombre casado es “Un Perfecto Animal”.
Sin embargo, por más que intentemos racionalizar nuestro estado de inminente (o actual) senescencia, no podemos sustraernos al hecho básico de que los años han pasado y que nuestras mejores épocas han quedado atrás. Le decía una llorosa y enojada esposa a su sufrido cónyuge: “Así me tratas, y pensar que te he dedicado los mejores años de mi vida”, a lo que prontamente contestó el interfecto: “¿Cómo, ésos fueron los mejores?”.
Dejando de lado el dudoso humor de estas reflexiones, diremos que los mecanismos que conllevan a la vejez en el ser humano no difieren mayormente de los que lo realizan en la escala animal a la cual pertenecemos..Sin embargo, hay una significativa diferencia, nosotros los humanos, tenemos una mayor capacidad de influir en nuestro medio ambiente, (para mejorarlo y también para perjudicarlo, no nos quepa duda), que la mayoría de los seres que pueblan la tierra.
La incesante actividad de los seres humanos en la superficie del planeta (o en su cercana proximidad), desde la aparición de los primeros homínidos hace alrededor de 200,000 años, (todavía hay una interesante e interminable controversia acerca de cuando fue tal suceso), ha tenido un cada vez más profundo impacto, en el equilibrio ecológico-ambiental de nuestro planeta, y asimismo hacia nuestro medio interno,(nuevamente para mejorarlo o todo lo contrario). De ahí que nuestro cuerpo humano haya sufrido cambios diferentes a los de otras especies, que no tienen la capacidad de influir de tal modo al entorno natural.
Por supuesto la longevidad de las diferentes especies, es función de dos básicas variables: Las condiciones de su medio ambiente por una parte y por la otra, la carga genética disponible en sus cromosomas. Esto quiere decir, que lo que somos depende únicamente de dos factores: de lo que nos heredaron nuestros antecesores y de las influencias que hemos sufrido a lo largo de nuestra existencia. De lo primero, no tenemos la más mínima capacidad de influenciar, (“no lo hurtas, lo heredas” solía decir mi sacrosanta madre, “lo cáido, cáido”, dijo Cantinflas), pero de lo segundo, la responsabilidad inicial es de nuestros padres, parientes, amistades, médicos, maestros, etc. Esta importante responsabilidad es progresivamente colocada en nuestros débiles hombros conforme crecemos y alcanzamos la ansiada madurez. De todas maneras, inmaduros o no, cada paso, cada decisión tomada, desde; “mama derecha, mama izquierda”, es binaria, digitalizada y crecientemente consciente, no nos hagamos tontos, todos tenemos responsabilidad del cómo somos y qué nos pasa, No quiere decir esto que el “Destino Inexorable” del hombre es una entelequia inexistente (en mi opinión), sino que, existe tan grande número de factores externos a nuestra existencia que influyen en nuestra actividad, y que interactuan con nuestras vidas, las cuales están tan intrincadamente relacionadas entre sí, que el resultado final de lo que nos sucede, está finalmente determinado por el azar, esterendipia o suerte. Por eso podemos decir que “somos el arquitecto de nuestro destino”, pero que la suerte o fortuna personal de cada quien juega un importante y decisivo factor.
Pero ¿y la post-madurez qué?, ¿dónde está, o dónde encaja?. Bien, pues para eso necesitamos determinar que entendemos como “madurez humana”. En mi concepto es ese estado físico-biológico de equilibrio, en donde dejamos de crecer y nuestros tejidos y órganos alcanzan la plenitud funcional y son autosustentables y no claramente definido desde el punto de vista psicológico y mental, pero determinado en gran medida por la relativa autonomía, suficiencia y estabilidad emocional que logremos en nuestra existencia (es lo que yo denomino “Estado de Betabel”).
Bajo estos parámetros podemos afirmar que de hecho existe un desfase entre la madurez física y la mentada “madurez mental”, porque frecuentemente podemos observar a personas “maduras”biológicamente, que son terriblemente dependientes de sus congéneres y o son tremendamente inseguras, o sus reacciones ante los sucesos de la vida son impredecibles y muchas veces autodestructivos, en semejanza a los mucho más jóvenes o los niños, y lo opuesto también; personas inmaduras desde el punto de vista biológico, que hablan y actúan con una madurez que asombra a propios y extraños, (yo tengo una nietecita de escasos 7 años, que piensa y actúa como si tuviera 16 “Going into seventeen”) En realidad, si nos ponemos muy estrictos en este concepto, la supramencionada y ansiada “madurez emocional”, es muy difícil de obtener puesto que todos los seres humanos, somos terriblemente interdependientes. El hombre, como muchos animales exitosos en su existencia, es necesariamente un “animal social”, que tiene y ocupa una lugar definido en la escala evolutiva y en la jerarquía social de su grupo.. Existen pues personas que “maduran”, temprano en sus vidas, (a veces antes de madurar biológicamente), y también personas que no maduran nunca. Dicen (sobretodo las mujeres que son tan sabias), que los hombres nunca maduramos del todo y puede que tengan razón, (que haríamos sin ellas), la imagen materna es predominante en nuestras vidas y da sustento y seguridad a nuestra sufrida existencia. Ellas también lo son con respecto a la imagen paterna (creo yo), pero “¡aléguenle al árbitro!”, para que nos metemos en problemas. Yo por lo pronto estoy satisfecho con ser dependiente de la femenina contraparte y de que ellas también lo sean de nosotros, yo pienso que este es el plan Divino y que somos mutuamente complementarios.
Bueno, pero “todo por servir, se acaba” y “todo tiene su límite”, como dijo la viejita de 98 años casada por más de 70, con el mismo (y sufrido) cónyuge, manifestando ante el juez su deseo de divorciarse, por “incompatibilidad de caracteres”.
El estado de Supramadurez Humana, de hecho existe y es aquel en donde los tejidos biológicos ya no tienen la capacidad de regenerarse a la misma velocidad a la que se destruyen y caducan. Recordemos que todas las células humanas de las que estamos físicamente compuestos (varios, muchos billones de ellas), tienen en su estructura biológica, cadenas interminables de aminoácidos, que son la base de las substancias proteicas características de la vida, todas y cada una tienen vida y existencia propia (aunque no independiente) y que unas de ellas, el ADN y el ADRN o ácido desoxirribonucleico, poseen la importante característica de almacenar información referente a cómo debe de ser la estructura de tales células, grupos de ellas o tejidos y finalmente órganos en interrelación. Esta información o código genético, está claramente programada en cada una de nuestras células, tiene además un claro “reloj biológico”, que determina las veces que dichas células pueden reproducirse binariamente, o sea asexualmente, sin necesidad de intercambiar material genético con otras células ajenas pero de la misma especie.
Todas las células de nuestro organismo, a excepción de las células neuronales más especializadas, tienen dicha capacidad de regenerarse a través de la división celular o “mitosis”, pero lo hacen a tasas temporales diferentes en cada tejido, y así por ejemplo, existen células que se regeneran casi diariamente como las células de la piel, o las células de la sangre que lo realizan aproximadamente cada 30 o 40 días, las células óseas que están continuamente destruyéndose (osteoclastos) y reconstruyéndose (osteoblastos), o inclusive las células tumorales “malignas”o cancerosas que están continuamente, indefinidamente reproduciéndose e invadiendo otros tejidos sanos.
Cuando los tejidos corporales dejan de obtener el necesario equilibrio entre su crecimiento y destrucción y además dejan de cumplir sus funciones a plenitud, como sucede claramente con los órganos sexuales o reproductivos, pero también en muchos otros órganos y tejidos, particularmente el Sistema Nervioso Central (eje cerebro-espinal), Sistema Músculo-Esquelético, Digestivo, Cardiovascular y muchos otros indispensables para mantener un estado saludable satisfactorio, empiezan a caducar y a envejecer, en realidad en este sentido, todos los tejidos del cuerpo “envejecen” desde muy temprano en la vida.. Sucede además que todos los órganos y sistemas del organismo están íntimamente y relacionados no solamente físicamente en el mismo individuo, sino que tienen una fina interrelación química neurohormonal y neurotransmisora, que hacen posible el realizar las múltiples y complicadas funciones, que hacen que el hombre sea eficaz en su vida.
Bien, pues sucede, que la capacidad de los diferentes tejidos celulares de los órganos de los que estamos constituidos, por las razones mencionadas, no pueden regenerarse indefinidamente, al agotarse la capacidad de su eje ADN-ARN para renovarse y por lo tanto tienden a ser deficitarias en sus funciones y estructura. Sin embargo, también es evidente que no lo hacen de una manera simultánea, por razones de origen genético inicialmente cada tipo de células está programada para un determinado número de mitosis o divisiones binarias, y esto es peculiaridad característica de cada tejido.. Hoy día nuestros geniales científicos primer-mundistas, están enfrascados en encontrar (después de la maravilla de descifrar el “Genoma Humano”), los genes que determinan la “longevidad celular. Nosotros, los “vegetales”, les admiramos y les deseamos suerte y les recomendamos paciencia y tolerancia a las decepciones (en lo que somos expertos).
Pero como mencionamos líneas atrás, no solamente las causas genéticas son importantes en el proceso de envejecimiento. Los efectos ambientales también son de gran importancia; En el transcurso de nuestra vida, estamos sujetos de manera variable, a la exposición de gran cantidad de agentes nocivos o tóxicos, que aceleran nuestro desgaste, como los son las substancias denominadas “oxidantes” o “alkilantes” y otras alteradoras de nuestra piel y medio interno. Además (como si fuera poco), los efectos de la exposición a múltiples formas de energía, como radiaciones (Cósmicas, Rayos X, Gamma, Ultravioleta, Luz, Calor, Sonido, etc.), hoy día también se discute el efecto de los grandes campos magnéticos en nuestro biosistema, (hasta ahora no se ha demostrado nada). Parece sorprendente que a pesar de tantos efectos nocivos todavía exista vida en la tierra , ¿No?.
Lo que si es necesario admitir es que la existencia de vida en la tierra, es muy frágil y que requiere de unas condiciones muy especiales; de elementos químicos propicios (oxígeno hidrógeno, carbono etc.) temperatura, humedad, presencia de escaso nivel de radiación cósmica, que parecen ser muy escasas en nuestro universo conocido. En este momento, es necesario el hacer una profunda reverencia, (an´a tip of my hat) maravillándonos asombrados y agradecidos a nuestro Creador, ante el milagro de la vida.
Bien, no sé si queda claro que todos nuestros tejidos, envejecen caducan y mueren a diferente razón temporal, dejados a su evolución natural y siempre que no ocurran sucesos catastróficos. Reflexionemos; desde nuestro nacimiento (ya de por sí un portentoso milagro), hemos estado sujetos a tan gran cantidad de efectos nocivos y riesgos mortales, que es realmente portentoso que aún estemos vivos. Luego, “para acabalar”, como decía el rancherito, estuvimos en manos de nuestros ingenuos e ignorantes padres, médicos y maestros, más tarde, por así decirlo; “tomamos las riendas de nuestro destino” (Já! y más Já!). Ahora, ¡Estamos viejos!, ¡Milagro!, como dijo la rancherita, al decirle a su “mamá”, que estaba encinta antes de tener marido. Demos gracias a Dios y congratulémonos de nuestra buena (o mala) suerte, y reflexionemos qué podemos hacer con lo nos queda de tiempo y de suerte. En líneas posteriores, es mi intención, exponer algunas sugerencias médicas y de otra índole para atenuar los efectos del envejecimiento.