lunes, 7 de abril de 2014

ES POSIBLE O AÚN DESEABLE EL ENTENDER A LA MUJERE?

HOLA QUERIDOS BETS:
UNA DISCULPA POR EL PROLONGADO SILENCIO (POR RAZONES TÉCNICAS).
A VER QUE LES PARECE ESTA HUMILDE DISERTACIÓN AC4ERCA DE UN PEQUEÑO (?)
PROBLEMA QUE TODOS AFRONTAMOS DESDE QUE NACEMOS.

¿ES POSIBLE O AÚN DESEABLE, EL COMPRENDER A UNA MUJER?

“YO SOY AQUELLA”:
Yo soy aquella, de amor crecida Como si nada fuese todo aquello,
Que todo tuvo, no teniendo nada; o fuese todo mucho, o todo en vano
Fuera del tiempo... La ocasión jugada Lo que dejó de ser, es todavía.
Fue a perderse en el oficio de la vida. Que va mi corazón en pos de ello…
Amor que solo da melancolía. Sangrando, entre los dedos de mi mano
Clara Silva (1951), Uruguay.


¿Why cann´t a woman be more like a man?”. Pregunta el Profesor Higgins a su dilecto amigo el Coronel Pickering, en la bellísima obra musical (laureada con 8 premios de la Academia de Artes Cinematográficas de Hollywood); “My Fair Lady” (Mi Bella Dama).
¡Gracias a Dios! Decimos nosotros los obsoletos machistas de épocas pasadas, la vida sería demasiado aburrida y no tendría sentido. El Profesor, lo decía a causa de su evidente frustración al tratar de comprender a su discípula, la bella e inculta (pero inteligente) Eliza.
Es obvio que el iluminado profesor, era bastante disfuncional emocionalmente, puesto que todo lo subordinaba a su lógica y razonada, (masculina) manera de pensar.
Pero vayamos al mundo “real”, como dicen actualmente. ¿Quién de ustedes mis queridos congéneres masculinos, o para el caso mis admiradas contrapartes femeninas, no ha sentido esa clásica frustración y desconcierto, cuando somos confrontados con diferentes maneras de pensar, de enfrentar problemas y de juzgar su valor relativo?
Porque no quiero exagerar las cosas, ni atizar a los conflictos intersexuales, pero; Qué difícil, es en algunas ocasiones, ponernos de acuerdo aún en las cosas más baladíes (o importantes). Como es: ¿Porqué no hemos notado que élla se cambió de peinado? No es cierto? Lo que a ellas les parece un insulto despreciativo, a nosotros se nos antoja tan sólo una nubecilla más en el azul del firmamento (ya de por si bello). ¿Y qué hay del; “Tú dijiste que no te gustaba que te recordaran tu edad; ¿Porqué ahora te molestas cuando no te regalo nada?” O; “Cuando vamos a algún lado, ¡No soporto que voltees a ver a otra!”.???
Y así ad infinitum. A veces son cosas ciertamente muy importantes, que podrían destruir irremisiblemente la relación. Como la diferente actitud que toman los dos sexos en el espinoso caso de un affaire (sexual o no). El hombre considera que; “No es para tanto mujer, nada más es infidelidad del cuerpo”. Pero cuando es al revés; “¡Ah ca-ón, es un insulto de lesa majestad absolutamente imperdonable!” ¿Qué injusticia, no? Pues si, pero consideren esto; La mujer no es por naturaleza promiscua (como el hombre), su instinto más poderoso es el de la maternidad, el de proteger a su cría, educar y desarrollar a un ser humano frágil y débil, por lo tanto deberá conservar su hogar o a toda costa. El hombre, por desgracia, es más animal, su instinto sexual es más avasallador, menos reflexivo y más primitivo. Su tendencia natural es la de procrear la especie diseminando tantos genes reproductivos como le sea posible (así es en todo el Reino Animal y Vegetal). Así estamos hechos, no quiere decir esto, que así debería de ser, sino solamente, que así es.
Enfrentémoslo, No vemos las cosas del mismo modo. Lo que para ellas es supremamente importante a nosotros nos deja “fríos”. También a veces, a nosotros nos lastima profundamente el no ser escuchados y atendidos, cuando creemos que estamos haciendo algo muy importante. (¿Hablo yo, o rebuzna un burro?).
¿Pensamos de manera diferente? Les tengo una noticia chicos y chicas; ¡Somos totalmente diferentes! (qué novedad viejo Doccis, ¿recién ahora te das cuenta?). Será, pero nunca es tarde (lo sospeché desde un principio). De hecho, la identidad no existe, nadie es igual a otro(a). Por eso es tan divertida la vida. Ni siquiera mis dos adoradas nietecitas, gemelas “idénticas”, (univitelinas y homozigóticas), son iguales, cada una tiene diferente manera de pensar, actuar, personalidad y genio propios. Y ¿porqué será eso, si las dos tienen el mismo material genético y han estado expuestas a los mismos factores ambientales? No lo sé, pero así es, como lo puede constatar cualquiera que las conozca un poco más allá de la superficialidad, así es la “Magia de la Vida”.
Y eso va para cualquier ser viviente, porque idéntico idéntico, ni siquiera los “clones”(clones, no dije “chones”). A lo mejor los electrones, partículas subatómicas y quantums de energía son idénticos, (no lo sé). Pero los demás somos; Únicos, irrepetibles, in-intercambiables e impermeables, un objeto o materia, no puede estar en el mismo sitio al mismo tiempo, (decía Aristóteles). Esto último parecen olvidarlo los ansiosos y “calenturientos”amantes juveniles, ¿no se han fijado? El chico abraza a la chica, como si se le quisiera escapar, cuando ella, es lo que menos tiene en la mente. Tal parece que se quisieran introducir el uno en la otra… (¿será?).
Como dicen que sucedió cuando Pepito (el salaz heroicillo de los cuentos), cuando conminaba a Mariquita a… “yogar”. -Órale Mary, no seas “fresa”. Ella contestaba; No Pepe, no!, yo no se nada “eso”. ¿No sabes?, no te apures, yo te enseño. Y la chica medio convencida dice; A ver enséñame. Pepito la instruye; Mira primero te quitas los “choncitos”. ¿y luego? dice Mari, luego te levantas la falda, ¿y luego? dice ella ansiosa. Luego doblas las rodillas ¿Y luego?... Luego, haces como que estás haciendo “pipí”, porque ahí viene tu Mamá!”.
¿Cómo que somos tan diferentes? atorrante Doccis, todos hemos sido creados iguales. Pues será, pero no tanto que no sepamos quién es quien y a que se dedica, por eso es antinatural la existencia de “estados intersexuales”, y demás desviaciones del Instinto Sexual. Como sucede con los “modernos” clubes LGBI (Lesbio-Gay-Bi-Intersex).
Bueno. Si les parece intentemos descifrar un poco el misterio de nuestras diferencias, examinando el cuerpo humano. Todas nuestras células inician su diferenciación, muy temprano en la vida. Cuando un óvulo (bendito sea), permite la introducción de un atrevido espermatozoide, se produce la mezcla de sus cromosomas. Recordemos que para madurar ambas células germinativas, dividen por la mitad sus 23 pares de cromosomas (longitudinalmente), para de ese modo producir un nuevo ser completando su individual Código Genético. Desde ese maravilloso momento se determina la identidad sexual del nuevo individuo, y de “ahí p`al real”, todas y cada una de las nuevas células que resulten de las sucesivas divisiones binarias, en la embriogénesis, estarán marcadas con la disposición; X-Y para las masculinas y X-X para las femeninas. Y todas absolutamente todas las células subsiguientes, tendrán esa marca de fábrica. De hecho una de las técnicas para determinar el sexo de un embrión humano dentro del útero, consiste en puncionar a este a través del abdomen materno y aspirar un poco de líquido amniótico (de la cavidad placentaria), examinar sus células microscópicamente y analizar su estructura cromosómica, buscando la famosa disposición X-Y. Actualmente esta técnica sólo se usa excepcionalmente para determinar el sexo, puesto que los dispositivos ultrasónicos, son bastante fieles para determinarlo de manera no “invasiva”. Todos los órganos y sistemas estarán regidos por esa disposición y serán diferentes en hombres y mujeres a pesar de sus semejanzas anatómicas indudables. Esto es muy evidente por ejemplo en el tejido óseo, tan es así que es posible determinar el sexo de seres que vivieron miles de años antes, mediante el análisis de su tejido óseo remanente.
El cerebro, también por supuesto muestra esas diferencias notables, específicamente es de menor tamaño en las mujeres que en los hombres (100 o 200 gm solamente). Esto ha sido motivo de grandes y “sesudas” reflexiones (y pleitos), que si Broca (genial anatomista del Siglo 19), dijo que el cerebro femenino era en promedio de 1.10 Kg, que en el hombre promediaba 1.200 Kg. Que a Broca le dio su mujer tal Bro-k-bronaxo. que tuvo que desdecirse. Que esto que l`otro, que qué se yo. Si me lo permiten dejaremos estas espinosas cuestiones acerca del aparato de pensar femenino para reflexiones posteriores y baste por el momento mencionar que porciones de los lóbulos temporales, núcleos hipotalámicos y diencefálicos son aparentemente algo mayores y más activos relativamente que en los cerebros masculinos, los cuales presentan un poco mayor masa y actividad (apreciada como mayor flujo sanguíneo), en las regiones prefrontales y occipitales, como lo determinan análisis más recientes mediante “scanneo” cerebral con técnicas de Resonancia Nuclear Magnética (RMN) y Emisión de Positrones(PET).
Es claro que todo el cuerpo femenino es muy diferente del masculino (¿nooo, no manches Doccis, de veras?). Como una vez le sucedió a Pepito y Mariquita, cuando pasando por una puerta cerrada, Mariquita se asomó por el ojo de la cerradura, y asombrada, describía lo que veía. Pepito ansioso se preguntaba; ¿Qué ves? ¡Son “gentes” chico! Sí pero son hombres o mujeres, chica? Respondió la Mari; Pues no sé, no tienen puesta ninguna ropa!
Tan diferentes somos, que experimentamos una insaciable curiosidad natural (excepto nosotros los médicos)(¿??). Por eso, que tiene de raro, que nos cueste trabajo comprendernos. Y que nos sintamos atraídos los unos a las otras (¿o no?).
Como quiera que esto sea, a nosotros los hombres, nos cuesta mucho trabajo a veces, comprender a las mujeres, no digamos a una en particular. Porque han de saber que la vida de un hombre siempre gira en torno de una o varias mujeres, y no se me escandalicen mojigatos de una y otra denominación, esto es un hecho de la vida. Nacimos de una mujer, y hemos estado rodeado de féminas -y dominados ampliamente por ellas- Y como género deambulamos por la vida (tristemente), confusos, perplejos y patidifusos (sobretodo pe_jos) sin saber a que atenernos y tratando de complacer (para sobrevivir), a nuestras adorables contrapartes femeninas. (noten el estilo trágico y patético del discursito).
Por lo pronto, intentaré describir algunas técnicas y estrategias de campo (field-strategies), para intentar, si no comprender a cabalidad, cuando menos sobrevivir más o menos intactos. (en este “Valle de Lágrimas”, ¡Sob!).
Primero.- Es necesario darse cuenta de que ellas son superiores emocionalmente que nosotros, si no aceptamos este hecho fundamental, nunca llegaremos a ningún lado y seremos el “tirano”absolutista y odioso, que da al traste con cualquier relación, (y que frecuentemente se queda solo). Esto tiene raíces profundas genéticas y culturales que algún día convendría reflexionar. Ellas son mejores que nosotros en expresar e interpretar las emociones humanas. Podríamos intentar igualarlas o superarlas, pero nos llevan una ventaja considerable. De modo que aceptar este liderazgo femenino es vital.
Segundo.- Es sumamente importante, el analizar racionalmente (ahí si tenemos ventaja) a nuestra contraparte femenina, el entorno y la naturaleza de la relación mutua. Reflexionemos, con toda sinceridad, como somos y de donde venimos. Esto es sumamente difícil, pero asimismo necesario; Cómo fueron nuestros padres, que experiencias previas hemos tenido y como han resultado. De ser posible, sería muy deseable hacerlo en común (con asistencia de un psicólogo experto es mejor). Tomará tiempo pero es muy valiosa.
Tercero.- Aprender a discutir; Con gran frecuencia, nos limitamos a expresar nuestras diferencias firmemente y airadamente -masculinamente-. Esto es un error, especialmente con una mujer, no se trata de derrotar al enemigo (no es un juego de ajedrez, ni una confrontación física). Saber-Escuchar, debería ser grabado con letras de oro en cualquier contrato matrimonial (o de cualquier otra índole).
Cuarto.- No “acorralar”, no apabullar, no obliterar. Aunque tengamos la razón (obviamente señor juez). Noblesse obligue. “¿Jugamos como caballeros o como lo que somos?”,-decía el genial Cantinflas al iniciar un amistoso “pokarito”-. Siempre dejar un amable resquicio (aunque no lo merezcan), para la digna retirada. Esto último, es genial y funciona maravillosamente cuando se sabe como y cuando realizarlo. (te adoran, manito).
Quinto.- Nunca utilizar el “desdén”, ni la burla desdeñosa. Aunque ellas lo hagan con regularidad (¡Ah méndigas!). Esto es muy ofensivo para ellas. A nosotros se nos resbala fácilmente, pero ellas jamás lo olvidan. A veces basta con una sonrisita desdeñosa, torciendo la boca (hacia la derecha y lo opuesto en los zurdos).
Sexto.- No utilizar expresiones faciales de desprecio por sus opiniones, o de falta de comprensión por sus ideas, por absurdas que nos parezcan. Ustedes saben; Poner los ojos en blanco, apretar los labios y a veces inflar los carrillos (el peor de los signos del fastidio).-¡Dios mío dame paciencia!-. El lenguaje no verbal y de la imagen es su especialidad y no le vamos a “enseñar el Padrenuestro al Señor Cura”.
Séptimo.- Nó, nunca adoptar posiciones preconcebidas firmes a ultranza, esto es signo de poca inteligencia. Ellas lo saben, (o lo intuyen) y lo utilizarán con eficacia mortal. Recordemos; Nada es absoluto, lo que parece verdad ahora, con gran frecuencia será mentira mañana. Esta es una posición científica bien reconocida por la experiencia.
El nunca ceder, aferrarse a las ideas, por orgullo o por “no perder cara”, indica inmadurez, falta de juicio, introspección, autoanálisis y es una actitud que no resuelve nada. Más vale ceder terreno en las cosas menos importantes y ganar en las trascendentes.
Octavo.- No generalizar, ese es un error muy común (en ambos sexos). De lo particular no se pueden deducir conclusiones generales; “Nunca me sacas a ningún lado”, “Siempre llegas tarde”, “Jamás voy a olvidar eso”, “Si así es frente de mi; ¿Cómo será a mis espaldas?”. Esas son patrañas, trampas emocionales diseñadas para aturdir al enemigo.
Noveno.- No utilizar frases o palabras hirientes, burlonas o despectivas, a la persona o a su familia (esta es sagrada). Y ahí sí hay que “tocar de oido”, porque hasta un elogio, puede considerarse una afrenta para ellas; “Tu hermano es taan elegante que no necesita trabajar”.”Tu mamá si tuvo suerte, mira nomás con quién te casó” Y esto va a depender de la expresión facial y de la imagen con que se digan. Es tan cierto esto, que a veces un insulto, bien dicho, con propiedad y elegancia, se agradece. Y lo opuesto al revés.
Décimo.- Nunca lastimar conscientemente, ni psicológica y menos físicamente. Es una actitud abyecta, ventajosa y ruin. Indigna de damas y caballeros. Esto a veces se logra nada más levantando la voz, ellas si lo pueden hacer, pero cuando nosotros lo hacemos; ¡Ay Dios! (no es justo Señor!). Las agresiones psicológicas a veces son peores que las físicas y se olvidan menos, sobre todo cuando son muy repetidas, porque destruyen la autoestima y pueden producir depresión grave, adicciones y enfermedades degenerativas varias.
Las agresiones físicas, son imperdonables, si son del hombre muestran cobardía, poco control y a veces son signo de diversas patologías mentales. Si vienen de la mujer, pueden tener el mismo origen, pero afortunadamente son más bien raras. éllas dicen que nos lo merecemos, ¡Ah que “biexas” vengativas estas!).
Finalizaremos estas reflexiones con un viejo chascarrillo que ilustra la espinosa cuestión de las relaciones a veces conflictivas entre damas y caballeros: -Una bella (y joven) dama sube al Metro en la Ciudad de México, mira para todos lados buscando asiento y dice; “¡Oh, no hay asientos!”(qué novedad!). Todos los interfectos se hacen “tarugos” y pretenden leer el periódico. La dama vuelve a decir; “¿Ya no hay caballeros?”. Misma respuesta masculina. Ella insiste; “No hay un sólo caballero que le de su asiento a una mujer embarazada?” Se levantan prontamente varios. Uno le dice; “Disculpe señora, es que usted es tan joven y linda que no se le nota, siéntese aquí con cuidado, ¿tiene mucho tiempo de embarazo? Ella replica; “Bueno, tengo como media hora, ¡Pero estoy muy cansada! Gracias”-. (tenía razón, eso cansa).

“See you later, alligator” Doccis

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