lunes, 29 de junio de 2020

UN RAYITO DE SOL


RESPIRANDO UN RAYITO DE SOL

Amigos: Estamos metidos en un largo y tenebroso laberinto existencial. ¿Cómo nos metimos en esto? Serán los azares del destino, las decisiones que tomamos al haber nacido?, nuestros ancestros, las fuerzas cósmicas de nuestro Karma?..,no lo sabemos, pero ya que estamos en éstas conviene meternos de lleno en la ardua tarea de solucionar los problemas y sobrevivir. Mi padre decía que la vida es una serie de etapas (niñez, adolescencia, juventud, edad madura, etc) y una sucesión de problemas inherentes a la época y lugar donde nos tocó vivir.
Año 2020 AD, mes junio, continente americano-México, localidad? local (buscar su GPS). ¿Problemas?, unos cuantos, cada quien tendrá su particular carga existencial. Yo yá la libré, octagenario güevón, casa techo y comida, nadie me mantiene, bueno ustedes (con sus impuestos, soy jubilado del IMSS).
Para no enredarnos más en estas reflexiones que a algunos podrían parecer insensatas o inútiles, interpretando el sentir popular, les diré que lo que más nos preocupa a todos, es esta maldecida Pandemia CoVid-19. (voy bien o me regreso?) pasará (todo viene, pasa y se vá, decia mi santa madre), efectivamente, todo lo que inicia es así (curva Gaussiana) pequeño, grande y pequeño otra vez, y se acaba o se hace crónico como la pendejez. El supermentado virus también esta sujeto a las leyes naturales no les quepa duda. Los que sobrevivan a esta alucinante patología me darán la razón dentro de unos meses.
¿Problemas? “Todos los problemas tienen solución”, decía un amigo, Victor Solorio, fontanero de ocupación, filósofo por vocación, “todo, menos la muerte doctor” decía, y yo agregaba; “Es verdad, pero la muerte a veces, es la mejor solución”.
La enfermedad respiratoria que produce este Covid-19 hasta ahora parece incurable, no existe medicamento específico, ni vacuna preventiva, todo lo que tenemos y nuestros sabios funcionarios de salud pública no cesan de repetir hasta la saciedad son; “Qédate en casa y lávate las manos” El inicuo Subsecretario de salud que padecemos inclusive duda de la eficacia del cubrebocas o mascarilla quirúrgica. Como resultado, la Pandemia se ha disparado a cifras alucinantes. No me cabe duda que todos los científicos médicos del planeta están a marchas forzadas y seguramente producirán los anhelados medicamentos que nos protejan de esta terrible enfermedad, mediante medios biológicos, químicos o inmunológicos y un antiviral y una vacuna eficaz pronto estará en el armamentarium médico.
La Ciencia Médica moderna tiene tres fundamentales armas terapéuticas: La Cirugía, la Medicina Interna y la Medicina Preventiva. Veamos el caso de una enfermedad temible el Cáncer. Existen el tratamiento Quirúrgico (mutilante), el Tx Quimioterápico (tóxico) y el Tx Radioterapéutico destructor del tumor con radiaciones. En el caso de Covirus-19, no tenemos ninguno. El Tx quirúrgico es inpensable, en la literatura médica solo un caso de un paciente que sobrevivió al virus, pero con los pulmones tan cicatrizados que los hacía inservibles, se practicó un trasplante de ambos pulmones exitosamente (hasta ahora).

Ahora viene lo emocionante: EL RAYITO DE SOL.
El Sol, nuestra gran estrellota personal, en realidad no es “nuestra estrella”, más bien nosotros somos sus hijos, sus satélites (o entenados, si lo prefieren), Somos el 3er planeta, el consentido, tenemos todo; campo magnético, centro ígneo, atmósfera, composición química, temperatura, inclinación de rotación de sobre nuestro eje (que propicia cambios estacionales), agua líquida, oxígeno, todas las condiciones favorables para la vida. Toda la materia y energía que tenemos se la debemos al Sol. Además todos los dias (desde que Dios amanece) nos baña con un torrente inagotable de energía de todos los tipos; electromagnética, gravitacional, luz de todos los espectros, rayos cósmicos, rayos gamma, rayos X, radioactivos, inumerables partículas subatómicas como; protones, electrones, miones, neutrinos y vayan ustedes a saber. Se calcula que la energía que el sol nos envía cada minuto equivale a mil bombas atómicas como la de Hiroshima. Además toda la energía que a diario consumimos y tenemos enterrada nos durará aproximadamente otros dos mil años más. Bueno ¿y qué hacemos con esta fortuna? Está claro, dilapidarla y usarla para destruir el planeta azul.
Desde hace mucho tiempo se conoce la naturaleza y propiedades de la luz solar, el espectro de la luz visible va desde la infraroja hasta la ultravioleta. También desde hace tiempo se demostró que la radiación ultravioleta tiene propiedades germicidas y destructivas de los compuestos básicos de la vida, es decir los ADN y ARN (ácidos adenonucleíco y adenoribonucleíco) que son la base de los procesos de replicación celular, es decir; la mitosis mediante la cual nos reproducimos constantemente y estamos vivos. La luz ultravioleta se utiliza en los procesos de purificación de agua y alimentos, el aire de los quirófanos, neonatos e inmunosuprimidos, en el tratamiento de infecciones crónicas severas como la tuberculosis peritoneal.
En la Naturaleza estamos en una guerra constante para sobrevivir, el más apto, el más fuerte el más resistente predomina y se come al débil, es la constante natural. Estamos rodeados de seres vivos en ardua competencia para sobrevivir, algunas especies se asocian o ayudan para para sobrevivir. Estamos rodeados de microorganismos que tratan precisamente de destruirnos y nutrirse de nosotros. Los mecanismo de defensa que tenemos los seres vivos están incluídos en nuestro organismo, pero no son infalibles ni eternos y se avejentan igual que los demás. Éso es lo que pasa con el nuevo Coronavirus, que es una mutación intraespecies novedosa, nuestras defensas naturales son muy escasas o muy débiles. No tenemos medicamento químico antiviral eficaz, ni anticuerpos específicos (vacuna).
Pero, Ay! Si somos guajes!... Tenemos la luz del SOL! y en élla tenemos un eficaz germicida y viricida!!!
No hemos caido en cuenta, pero tenemos un poderoso aliado de muestra parte que ni siquiera habíamos pensado, ¡EL SOL!
Desde hace algunos meses he tratado de influenciar a nuestras autoridades sanitarias, para utilizar las propiedades de la radiación ultravioleta para disminuír la carga viral de los pacientes. Y he encontrado solo escepticismo y burla. Concretamente propuse introducir una pequeña dosis de luz ultravioleta al árbol respiratorio. Un connotado especialista me dijo “Me parece una ocurrencia disparatada”.
Sin embargo, necio que soy, he diseñado y producido un dispositivo modelo para irradiar nariz y garganta, es experimental y simple, pero funciona. El Covirus 19 es un parásito intracelular estricto, no puede vivir fuera de las células humanas y tiene afinidad por los tejidos respiratorios. El cubrebocas o mascarilla quirúrgica, las caretas, guantes y materiales de protección que se utilizan en el manejo de éstos pacientes tiene como propósito fundamental ofrecer una barrera al contagio contra las microgotas del aliento, tos y estornudo de los infectados.
El mecanismo que yo propongo es destruir los virus en su entrada al árbol respiratorio, es decir; la nariz y la garganta, ante los primeros síntomas de la enfermedad, porque cuando el virus ha llegado a la vía respiratoria baja, sería necesario introducir endoscópicamenrte una sonda de fibra óptica para irradiar tráquea y bronquios. Está claro que es imposible esterilizar totalmente el aparato respiratorio, ni aniquilar completamente al virus, se necesitarían dosis masivas de radiación UV que serían muy dañinas para el paciente. De igual manera pasa con la quimioterapia contra el cáncer y todos los tratamientos para todas las enfermedades. El secreto está en la dosis y en su frecuencia.
Se sabe que todas las substancias conocidas pueden ser tóxicas. Eso depende de su composición físico-química, de su concentración y de su cantidad. Hasta el agua o el oxígeno pueden ser letales... El agua muy caliente, muy fría o en gran cantidad puede matar..., no es así?