domingo, 4 de febrero de 2024

REFLEXIONES VIII

 

REFLEXIONES VIII


Por supuesto que todas, o casi todas estas conductas han sido propiciadas por los movimientos religiosos, que existen y hemos padecido, no es que tenga algo en contra de las religiones de todos los tiempos (y mismo me considero un católico-pecador e irredento). Resulta curioso como las principales religiones monoteístas, han condenado o inclusive prohibido y reprimido duramente las prácticas proféticas del futuro, sin embargo en sus tesis (increíblemente), las practican y promueven intensamente.

Por ejemplo, la profesión de Mago, Hechicero, Brujo(a), Espiritista, y todos aquellos (superdotados mortales), han sido anatemizadas, y en ocasiones castigados con la hoguera) sin embargo, ¡la doctrina eclesiástica se basa fundamentalmente en los sagrados textos que enaltecen la Profecía y la Revelación de la palabra Divina!  Inclusive las capacidades adivinatorias o predictoras del futuro, hoy en día son altamente reverenciadas en movimientos religiosos y seculares. La famosa Catedral Episcopal neoyorquina  de St John The Divine, se refiere expresamente a su capacidad de profetizar el futuro, y no a su calidad de Evangelista, y no se diga de Nostradamus (Michel de Nostra-Dame, 1560), las pastorcitas de Nuestra Señora de Fátima y otras muchas personalidades en varios continentes, fueron (y continúan siendo), ampliamente reconocidas reverenciadas por sus calidad como sanadoras y predictoras de desastres  y calamidades, además estas actividades les reditúan gran opulencia.

Desde el Siglo XIII, Sto Tomás de Aquino, el más preclaro Filósofo y Doctor de la Iglesia Cristiana, escribiendo acerca del futuro:

“Los sucesos futuros, pueden ser conocida por sus causas, algunas causas siempre y necesariamente producen efectos y estos pueden ser predichos con certeza, tal y como los astrónomos predicen los eclipses y algunos movimientos astrales. Otras causas no siempre producen los efectos esperados, o solamente d e manera ocasional y entonces pueden ser interpretadas como conjeturas más probables, tal y como un médico diagnostica el origen de algún padecimiento, e inclusive se atreve a pronosticar su desenlace, o  como un agricultor o climatólogo, predice que va a llover o viene una tormenta.

“El tercer tipo de causas (continua el de Aquino), cuyos efectos dependen de lo que denominamos suerte, o del libre albedrío del hombre, no pueden ser predichas por sus causas, y las presenciamos solamente cuando se presentan  ante nuestros ojos. Únicamente Dios y solamente EL, para quien todas las cosas están presentes en la Eternidad, puede apreciarlas antes de que ocurran, y así leemos: “Muéstrame las cosas que van a suceder y sabremos verdaderos profetas, o dioses” (Isaias, 41:23). También los espíritus pueden mejor que los hombres, los efectos que resultan de la segunda clase de causas, porque están desligados del tiempo y el espacio y tienen poderes acerca de la naturaleza desconocidos por el hombre común, también algunos eminentes médicos y facultativos, conocedores de la naturaleza de las enfermedades, pueden conocer su probable desenlace.

El instinto humano demanda un más profundo conocimiento y lo encuentra en la creencia de la intervención de agentes sobrenaturales, la razón demanda lo mismo, un signo físico, es asimismo un efecto de la misma causa, como un barómetro puede indicar la probabilidad de lluvia, o el humo indica la presencia de fuego. Las acciones futuras del hombre y los signos de la Naturaleza no tienen la misma relación, el signo no es el efecto. Aquellos que creen en el Fatalismo o en el Panteísmo, o que dioses, hombres, o animales y plantas son divinidades, o en el animismo, creen en omens o augurios de todo tipo. En todas partes, de hecho la divinación y los sacrificios están conectados, esta divinación expresa invocación de dioses, demonios y espíritus malignos, el creyente ofrece sacrificios y sangre o dolor y el sacerdote o hechicero contesta sus preguntas”.

Hasta aquí la larguísima  (e inteligente) cita del Santo de Aquino (sintetizada), aunque no estoy seguro de que el Santo tenía nociones acerca del barómetro (inventado por Torricelli en1640). ¿Qué les parece amigos, los santos doctores de la Iglesia, también profetizaban, es este caso la invención del barómetro 400 años después!

Generalmente se reconocen 4 categorías de divinaciones (omens); Registro de eventos importantes, nacimientos, sucesos raros o extraordinarios (eclipses, cometas, inundaciones o catástrofes. Sortilegios: arrojar dados, huesecillos, varillas de bambú, arrojadas al azar y así deducir consecuencias futuras, Augurios, forma de animales o cosas y su relación con el tiempo. Se denominaba; Rahbdomancia, ramas en forma de Yé para detectar agua subterránea. Y la llamada espontánea, que consiste en buscar un párrafo al azahar de un texto sagrado: Biblia, Corán, para predecir sucesos futuros.

Existen además, multitud de técnicas dedicadas a estos menesteres: Astrología, Cartomancia, Cheiromancia (leer la palma de las manos), Chronomancia, (fechas), Geomancia (terremotos, forma de montañas y ríos), Cybernancia (computadoras), Hidromancia, Exispicia (entrañas de animales), Feng-Shu (China: armonía  de la tierra), o leer textos sagrados , Oniromancia (interpretación de sueños), Quijas (tablillas espiritistas), Runecasting (símbolos nórdicos), Scrying (espejos),  Tarotmancia, Necromancia (invocando espíritus de los muertos), Piromancia (observando fuego o humo).

Desde el punto de vista científico, sabemos que un suceso, es algo que ocurre en un punto particular del espacio en un momento específico de tiempo. Y que la posición absoluta de un objeto o materia, está determinada, por el Espacio-Tiempo cuatridimensional, que es curvo, esférico, o elíptico. De ese modo, los sucesos, pasados corresponden a posiciones relativas de la materia con respecto a otra partícula, en el espacio, por lo tanto los sucesos futuros de igual manera, son determinados por las posiciones absolutas de dichas partículas, viajando en el Espacio-Tiempo. De esa manera podemos concebir dos conos de posición de dichas partículas, relativas a la velocidad de la luz. El Tiempo Pasado y el Tiempo Futuro. La capacidad de predecir las posiciones  futuras de eventos de la materia, están limitadas por el “Principio de Incertidumbre”, descrito inicialmente por el científico alemán Werner Heissenberg en 1926, el cual demuestra que para predecir la posición y velocidad de una partícula, hay que ser capaz de medir con precisión la posición y velocidad actuales, sin embargo, para poder hacerlo habría que iluminarla con un haz luminoso, con longitud de onda muy pequeña y esto requeriría una gran cantidad de energía en un pequeño Quantum, lo cual necesariamente alteraría, la posición y velocidad de la particula que se intenta medir, así cuando con mayor precisión se trate de medir la posición y velocidad de dicha partícula, con menor exactitud se podrá medirla. Por ejemplo, cuando se intenta medir la presión de un neumático, es necesario dejar salir un poco de aire, por lo tanto, la presión del aire ya cambió. Lo mismo pasaría con un termómetro, o un amperimetro para medir la temperatura o energía eléctrica, por lo tanto no podemos predecir con exactitud los acontecimientos futuros con algún grado de precisión, cuando no  podemos medir el estado presente del Universo.

En razón de lo extenso del tema, continuaré estas divertidas (¿aburridas?), disertaciones en Reflexiones subsecuentes.

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