domingo, 4 de febrero de 2024

REFLEXIONES VII

                                                                                                        REFLEXIONES VII

                               (¿Existe un Destino Inexorable?)

 

Es por cierto emotiva y filosófica la aceptancia de nuestro futuro. Al mencionar que estamos en “Las manos  de Dios” en todo momento y resulta gratificante el aceptar con serenidad y paciencia, todo aquello que no podemos cambiar en este “Valle de Lágrimas”, esa actitud tiene por supuesto una buena dosis de verdad y es de gente sensata el reconocer que poco podemos hacer, para alterar nuestro futuro. Sin embargo, en realidad si tenemos opciones (aunque no muchas) y resulta importante reflexionar sobre cuales son de importancia y no dejarse llevar por el curso de los acontecimientos indolentemente, porque de lo contrario lo que nos suceda en el futuro, nos sorprenderá y muy probablemente nos aniquile y haga añicos nuestros planes futuros. Porque si tenemos capacidad de decidir, de acuerdo a nivel informativo e ideología. Hay que tomar en cuenta también, que el factor “Suerte”, siempre estará presente y que el viejo dicho de “Suerte te dé Dios, que el saber poco te alcanza” de la sabiduría popular resulta a veces el factor de mayor importancia.

Sin embargo existen personas que aseguran que “Todo está predestinado”, que el Destino es algo irremediable y que todo lo que hagamos resultará inútil y perjudicial, esa actitud indolente de  dejarse llevar por la corriente, no es la más sensata y no puede conducirnos sino a sinsabores y tragedias.

Consideremos lo siguiente: Una persona que posea en su genoma personal, el gen de cierto tipo de cáncer, digamos un adenocarcinoma mamario (o pulmonar) menor de 3 cm a los 50 años, y al enterarse, deja de fumar, se abstiene de administrase hormonas anticonceptivas, corrige su dieta, hace ejercicio y sigue una dieta sensata, se pone en manos de un especialista y sigue sus indicaciones, es más probable que sobreviva y derrote la malignidad, que aquel que simplemente se “Pone en Manos de Dios”.  En ese caso  esa persona, sí alteró la historia natural de su padecimiento, y cambió su “Destino Inexorable”, ¿no es así? Sin embargo existen personas (die hard) que opinan que el tomar dichas precauciones, es precisamente su “Destino”. (en ése caso, me doy).

Como quiera que sea es claro que el adivinar o predecir el futuro, es una actividad muy difundida, muy divertida y muy lucrativa que tiene el género humano,  También existen animales que tiene la capacidad de sentir los tenues cambios en su entorno, para cambiar sus actividades. Como sucede con algunas hormigas o abejas, que cambian su hábitat al intuir que viene una tormenta o incendio forestal, los elefantes asiáticos que previeron la inminencia de el tsunami en Indonesia huyendo a lugares más elevados.

EL hombre desde los principios cuaternarios de su existencia, debe su persistencia en el planeta, a su capacidad de predecir los cambios climáticos y evitar algunos eventos catastróficos. Aunque en verdad el ser humano, ha  estado a punto de exterminarse y extinguirse en no pocas ocasiones, al ignorar o hacer caso omiso de las señales de peligro que la naturaleza le ofrece.  Por ejemplo, la actitud ignorante e irreflexiva, (propiciada por algunas religiones), de simplemente orar o entonar salmos o fustigarse y castigarse físicamente (para expiar sus pecados), no ha resultado sino en dolor, sufrimiento y muerte. Como en varias ocasiones durante la Edad Media con las numerosas ocasiones con las Pandemias de Peste Bubónica, Viruela, e Influenza, etc (penosamente también en la actualidad), la actitud de simplemente no hacer nada y sufrir su expiación (claro en la Edad Media, la ignorancia médica y religiosa, era la norma) y la explicación de tales azotes, era por castigo de Dios, o atribuido a los espíritus malignos, a la conducta pecaminosa, los Judíos, o extranjeros, cuando simplemente las medidas higiénicas y exterminio de pulgas ratas  y aislamiento hubieran sido más eficaces. Eso y otras conductas insensatas, estuvieron a punto de exterminar al hombre como especie.

El Futuro siempre nos ha causado angustia y curiosidad. Prácticamente en todas las épocas y culturas, han existido personas que dedican gran parte de su tiempo y actividades económicas a adivinar el porvenir, aconsejar a sus clientes, acerca de lo deberían de hacer para no perjudicarse. Esto ha sido territorio de innumerables religiones y cultos a veces invocando demonios o entes malignos y aconsejando que dieta o actividad es la mejor. Claro, estas actividades han sido muy lucrativas y confiere a los magos hechiceros, chamanes o doctores un status económico político y social elevado.

¿Qué hay después de la Muerte? ¿Y cuál es el misterio de la Vida? De manera universal estas cuestiones han sido adjudicadas al mundo espiritual; Dioses, demonios y las personas que nos han precedido en esta vida son objeto de culto popular, ya que a ellas, les atribuyen el estar en la posición privilegiada, de conocer que hay en el Más Allá.

Las primeras manifestaciones escritas en tal sentido, proviene de las culturas: Caldea, Asiria, Babilonia, Egipcia, China y de la avasalladoras culturas Griega y Romana. También el las culturas indoamericanas se da tal fenómeno. Y han existido y proliferado, todo tipo de adivinos, profetas, druidas, hechiceros, chamanes, pitonisas, clarividentes, espiritistas, y futuristas. Incluyendo también a los modernos médicos, economistas, estos últimos son más eficientes en explicar porqué fallaron sus predicciones, que el porque de sus desaciertos.

Debido a la extensión del tema, por demás interesante, continuaremos estas nota en las Reflexiones siguientes.  

  

 

    


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