domingo, 28 de abril de 2024

REFLEXIONES XXI

 

REFLEXIONES XXI

 

Por supuesto que los idiomas al ser producto de la mente humana, están en constante variación y evolución y esto tiene ventajas y desventajas. En todas las épocas se han hecho esfuerzos para ordenar y hacer comprensible la comunicación verbal y escrita en un idioma común, para que todos los habitantes puedan comunicarse de manera sencilla, y así evitar numerosos conflictos que nacen de la falta de entendimiento ente las diferentes naciones, que muchas veces es la causa de guerras y conflictos. Esto ha sido impulsado por las naciones dominantes para tratar de imponer su cultura y costumbres. A principios del Siglo 20, se realizó un intento de realizar esto, através del idioma internacional el ”Esperanto”, un idioma científicamente diseñado para evitar la complejidad y confusión entre las diversas maneras de comunicarnos. El experimento no tuvo el éxito que se deseaba, probablemente porque estamos todavía poco evolucionados.

Actualmente el idioma internacional, el lenguaje de la Ciencia la Tecnología el Arte y de la Cultura, es el Inglés, el Chino y  lo fue el Francés, así como en su momento lo fue el griego y el latín de los romanos. Actualmente en casi todos los países incluyendo los menos desarrollados y los más pobres, casi todos entienden el idioma de Shakespeare,  en un gran porcentaje.

En la historia antigua, la palabra escrita ha tenido gran trascendencia, entre las naciones y países. se consideran los siguientes textos: El Libro de Amos, profeta menor del siglo VII AC, que se oponía a la idea de un Dios nacional y promovía la universalidad de la Justicia (¡en sólo 8 páginas!). El Lin-Yu, escrito chino del siglo VI AC, fundadora del Confucianismo, el Torah los 5 primeros libros de la Biblia Hebrea, (S-IV AC), el Baghavad-Gita (S-IV AC), libro sagrado del Hinduismo, los Nikayas del Canon Palli (siglo 3 AC), fundadoras del Budismo, que consta de 729 planchas de mármol (considerado el libro más grande del mundo).  El Evangelio de San Mateo (Siglo-I DC), fundador de la Fé cristiana, la epístola de los gálatas de San Pablo, que le dió cuerpo doctrinario, el Libro de la Apocalipsis, de San Juan 40 años DC.  El Corán, del  siglo  VII DC y el Saji-Al Bujari (S-IX DC), determinantes de la Fé Musulmana. La Suma Theologica de Santo Tomás de Aquino (1259 DC), los fundamentos filosóficos de la Fé  cristiana, las Bulas (cartas) Alejandrinas (1493), determinaban la soberanía Vaticana en Europa y América, “El Príncipe” (1513) de Francesco Macchiavello que diseñó las ideas políticas  renacentistas. “El Discurso del Método” de René Descartes (1637),  desligó la  Filosofía y la Ciencia de la Religión. La Declaración de la Independencia de los EUA, fundadora de la Democracia moderna, la Declaración de Los Derechos Humanos de la Revolución Francesa (1769). El Manifiesto Comunista de Carlos Marx (1847), fundador del  Socialismo-Comunismo. La Declaración de Sion Theodor Herzl (1890), fundamento del Estado Judío. El Mein-Kampf (mi lucha) de Adolfo Hitler (1929 la supremacía alemana). La Carta de Las Naciones Unidas fundamento de las democracias modernas y muchas otras comunicaciones antiguas y modernas que han tenido capital influencia, en el desarrollo de nuestra civilización.

La mente humana y su capacidad intelectual han sufrido grandes cambios, sin embargo la capacidad de recordar y relacionar ideas (su memoria), no ha progresado al mismo ritmo. Esto probablemente se debe, a los increíbles avances en el diseño y fabricación las computadoras, tablets, lap-tops, smart phones y demás inventos demoniacos, que todo el mundo de los jóvenes, incluyendo niños, llevan en el bolsillo. Yo por lo pronto declaro, que desde que se inventó el Internet ¡Se acabaron los Pendexos! Todo lo  que queremos hacer aprender o recordar, ahí está al alcance de nuestra temblorosa mano. Los jóvenes ya no escriben cartas de amor, telegramas. ni van a las bibliotecas. Todo está ahí en esos inventos , ¡al alcance de un dedo! Esto es sin duda maravilloso. Y como si fuera poco, nuestra capacidad de comunicarnos ha sido increíblemente aumentada. No siempre para bien, estamos inundados de noticias, libelos, chismes, libelos, hackers, adelantos científicos, eventos culturales, artísticos, deportivos, tantos que ya no hay tiempo para la reflexión, transmisión de experiencias personales, para conversar, criticar, meditar o simplemente para ejercer el natural sentido común. Tal parece que actualmente la palabra escrita o narrada ha pasado a segundo plano con la transmisión de imágenes vía electrónica o satelital, y no deja de ser cierto el aforismo que “Una Imagen Vale más que mil Palabras”.

Pero todo tiene su límite, habrán notado el superlativo abuso de los medios de comunicación inundándonos hasta el hartazgo de noticias, chismes, publicidad, promociones (para que podamos ahorrar) y todo esto para “nuestra conveniencia” (para que tengan efecto subliminal). No estoy de acuerdo,  creo que para que tengan trascendencia, las palabras deben significar algo y decirlo claramente. Ciertamente las palabras,  cuando están articuladas armónicamente y en orden racional, pueden ser iluminadoras, informativas o inclusive producir sentimientos de belleza y de paz.  

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