REFLEXIONES VII
(¿Existe un Destino Inexorable?)
Es por cierto emotiva y filosófica la aceptancia de
nuestro futuro. Al mencionar que estamos en “Las manos de Dios” en todo momento y resulta
gratificante el aceptar con serenidad y paciencia, todo aquello que no podemos
cambiar en este “Valle de Lágrimas”, esa actitud tiene por supuesto una buena
dosis de verdad y es de gente sensata el reconocer que poco podemos hacer, para
alterar nuestro futuro. Sin embargo, en realidad si tenemos opciones (aunque no
muchas) y resulta importante reflexionar sobre cuales son de importancia y no
dejarse llevar por el curso de los acontecimientos indolentemente, porque de lo
contrario lo que nos suceda en el futuro, nos sorprenderá y muy probablemente
nos aniquile y haga añicos nuestros planes futuros. Porque si tenemos capacidad
de decidir, de acuerdo a nivel informativo e ideología. Hay que tomar en cuenta
también, que el factor “Suerte”, siempre estará presente y que el viejo dicho
de “Suerte te dé Dios, que el saber poco te alcanza” de la sabiduría popular
resulta a veces el factor de mayor importancia.
Sin embargo existen personas que aseguran que “Todo
está predestinado”, que el Destino es algo irremediable y que todo lo que
hagamos resultará inútil y perjudicial, esa actitud indolente de dejarse llevar por la corriente, no es la más
sensata y no puede conducirnos sino a sinsabores y tragedias.
Consideremos lo siguiente: Una persona que posea en su
genoma personal, el gen de cierto tipo de cáncer, digamos un adenocarcinoma
mamario (o pulmonar) menor de 3 cm a los 50 años, y al enterarse, deja de fumar,
se abstiene de administrase hormonas anticonceptivas, corrige su dieta, hace
ejercicio y sigue una dieta sensata, se pone en manos de un especialista y
sigue sus indicaciones, es más probable que sobreviva y derrote la malignidad,
que aquel que simplemente se “Pone en Manos de Dios”. En ese caso
esa persona, sí alteró la historia natural de su padecimiento, y cambió
su “Destino Inexorable”, ¿no es así? Sin embargo existen personas (die hard)
que opinan que el tomar dichas precauciones, es precisamente su “Destino”. (en
ése caso, me doy).
Como quiera que sea es
claro que el adivinar o predecir el futuro, es una actividad muy difundida, muy
divertida y muy lucrativa que tiene el género humano, También existen animales que tiene la
capacidad de sentir los tenues cambios en su entorno, para cambiar sus
actividades. Como sucede con algunas hormigas o abejas, que cambian su hábitat
al intuir que viene una tormenta o incendio forestal, los elefantes asiáticos que
previeron la inminencia de el tsunami en Indonesia huyendo a lugares más
elevados.
EL hombre desde los principios
cuaternarios de su existencia, debe su persistencia en el planeta, a su
capacidad de predecir los cambios climáticos y evitar algunos eventos catastróficos.
Aunque en verdad el ser humano, ha
estado a punto de exterminarse y extinguirse en no pocas ocasiones, al
ignorar o hacer caso omiso de las señales de peligro que la naturaleza le
ofrece. Por ejemplo, la actitud ignorante
e irreflexiva, (propiciada por algunas religiones), de simplemente orar o
entonar salmos o fustigarse y castigarse físicamente (para expiar sus pecados),
no ha resultado sino en dolor, sufrimiento y muerte. Como en varias ocasiones
durante la Edad Media con las numerosas ocasiones con las Pandemias de Peste
Bubónica, Viruela, e Influenza, etc (penosamente también en la actualidad), la
actitud de simplemente no hacer nada y sufrir su expiación (claro en la Edad
Media, la ignorancia médica y religiosa, era la norma) y la explicación de
tales azotes, era por castigo de Dios, o atribuido a los espíritus malignos, a
la conducta pecaminosa, los Judíos, o extranjeros, cuando simplemente las
medidas higiénicas y exterminio de pulgas ratas y aislamiento hubieran sido más eficaces. Eso
y otras conductas insensatas, estuvieron a punto de exterminar al hombre como
especie.
El Futuro siempre nos ha
causado angustia y curiosidad. Prácticamente en todas las épocas y culturas,
han existido personas que dedican gran parte de su tiempo y actividades
económicas a adivinar el porvenir, aconsejar a sus clientes, acerca de lo
deberían de hacer para no perjudicarse. Esto ha sido territorio de innumerables
religiones y cultos a veces invocando demonios o entes malignos y aconsejando que
dieta o actividad es la mejor. Claro, estas actividades han sido muy lucrativas
y confiere a los magos hechiceros, chamanes o doctores un status económico político
y social elevado.
¿Qué hay después de la
Muerte? ¿Y cuál es el misterio de la Vida? De manera universal estas cuestiones
han sido adjudicadas al mundo espiritual; Dioses, demonios y las personas que
nos han precedido en esta vida son objeto de culto popular, ya que a ellas, les
atribuyen el estar en la posición privilegiada, de conocer que hay en el Más
Allá.
Las primeras
manifestaciones escritas en tal sentido, proviene de las culturas: Caldea,
Asiria, Babilonia, Egipcia, China y de la avasalladoras culturas Griega y
Romana. También el las culturas indoamericanas se da tal fenómeno. Y han
existido y proliferado, todo tipo de adivinos, profetas, druidas, hechiceros,
chamanes, pitonisas, clarividentes, espiritistas, y futuristas. Incluyendo
también a los modernos médicos, economistas, estos últimos son más eficientes
en explicar porqué fallaron sus predicciones, que el porque de sus desaciertos.
Debido a la extensión del
tema, por demás interesante, continuaremos estas nota en las Reflexiones
siguientes.
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