DESPUÉS DE UNA AGRADABLE CONVERSACIÓN CON ALGUNOS DILECTOS AMIGOS
ME QUEDÉ PENSANDO,,, Y ESTO SE QUEDÓ "EN EL TINTERO"
A VER QUE OPINAN:
¡OH
TEMPORA, OH MORES!
(Esta
frase atribuida a Cicerón en el Siglo I AC, menciona la preocupación
del notable pensador romano acerca de la degradación de usos,
costumbres y moralidad de la sociedad romana de su época, que
definitivamente contribuyó a la decadencia, putrefacción y
desaparición del Imperio Romano, en la cúspide de su esplendor y
poderío).
El
otro día, conversando con algunos amigos que tuvieron la gentileza
de visitar a un par de viejos anacrónicos, y con los cuales nos
unen múltiples y queridas vivencias. En la amenidad de la plática,
cayó el tema de lo que ha cambiado la vida para todos nosotros. Nos
dimos cuenta mi esposa y yo, que en verdad ha pasado el tiempo (más
de 40 años) y ya ninguno somos lo que fuimos. Será que ellos han
cambiado más que nosotros, o verdad no nos conocemos tanto como
creíamos.
Surgieron
las naturales discrepancias de enfoque y punto de vista que eran de
esperarse, pero lo sorprendente para mí y para mi “mejor parte”,
fueron sus conceptos y enfoque acerca de la Familia, el Matrimonio y
el Sexo.
Y
creo firmemente, que no es que seamos particularmente puritanos, sino
que hemos tenido experiencias diferentes.
Las
discrepancias son fundamentalmente en la importancia que la sociedad
moderna le dá a la actividad sexual (en mi opinión exacerbadamente
importante). Y parafraseando a un ilustre tocayo mío, Oscar Wilde
genio literario del Siglo 19 que mencionaba: “En la actualidad,
el Sexo está hipervalorado por todos..., el populacho,
está obsesionado, las posiciones son ridículas, estrambóticas y
extenuantes, el placer, cuestionable y efímero, el riesgo
prohibitivo y el costo desusadamente elevado”.
Yo
sostenía (y sigo sosteniendo), que el matrimonio y el sexo son
connaturales a la especie humana, y ya que el hombre y la mujer, al
no ser iguales sino complementarios, consideramos que el Sexo y el
Matrimonio tiene como objeto fundamental la formación de una
Familia, la Procreación y la Educación de los nuevos seres humanos
que continuarán la Vida después de nosotros.
Ésto
provocó inconformidad y acusaciones de;
machista-intolerante-cuadrado-misógino-mocho, por parte
de las féminas de la reunión. Pero lo siento chicas, no hay manera
de convencerme de que somos realmente iguales, semejantes y
“parejas”, porque aunque de la misma especie estamos
irreversiblemente atraídos el uno a la otra (como los insectos a la
luz y hacia su perdición) y diseñados maravillosamente para la procreación, somos claramente desiguales, opuestos si se desea
(Gracias a Dios), pero no iguales. Somos por así decirlo “Radicales
Libres”, con valencias abiertas ávidas de unirse para formar
moléculas estables y funcionales. Como el Hidrógeno y el Oxígeno,
que forman el Agua. (Dicen que el Hombre soltero es un animal
imperfecto, pero yo creo que el Hombre casado, es “un perfecto
animal”).
Mencionaba
que siendo el matrimonio moderno un Contrato Social, diseñado para
darle sentido y cohesión a las sociedades humanas, es
fundamentalmente una suerte de “Incubadora de Seres Humanos”, que
funciona mejor cuando cada uno de los miembros de la familia cumple
su cometido respetando las atribuciones y funciones de cada miembro a
cabalidad. Las sociedades humanas que formaron; familias, tribus, comunidades, estados y naciones, han permitido el desarrollo y mejor desempeño de los
seres humanos que poblamos este planeta.
Sin
embargo, con los modernos afanes de “Liberación Femenina” éstas
atribuciones, funciones y prerrogativas, se han diluido, disminuido y parcial o
totalmente desaparecido, para desgracia y disfuncionalidad de las
familias modernas.
En
mi humilde opinión, esto es debido a que la Mujer en su desaforado
intento de “Igualdad”, hacen hasta lo ridículo con tal de
semejarse al (obviamente inferior) Hombre y descuidan y desprecian su
sagrado deber de procrear, cuidar y educar a los pequeños seres
humanos que Dios a puesto en su custodia. Incidentalmente esta es la
tarea más importante que pueda realizar cualquier ser humano, no hay
nada más importante ni de mayor trascendencia en la vida.
En
ese sentido opiné (para mi desgracia), que el Hombre moderno, en ésa
lucha, ha perdido o está en visas de perder la Hombría y la
Vergüenza! y la Mujer la Feminidad y también la Vergüenza! Sus
afanes y luchas se han reducido a una búsqueda insensata del placer,
del dinero y del poder.
Esto
desató -como era de esperarse-, la furia y desacuerdo de todos, sin
embargo pasadas las pasiones e irritaciones que suscita tal
comentario, no me queda duda de que algo hay de cierto en ésa
opinión y que éso explica a cabalidad los problemas de “pareja”
modernos, y también la enorme cantidad de conductas antisociales y
criminales que padecemos hoy-día.
El
Sexo, que modernamente y curiosamente denominan; “Género”, es la
primera y fundamental diferenciación que sufre el embrión humano
desde la primera mitosis que dió origen a la vida humana y así es
en el Reino Vegetal y Animal, con excepción de los seres vivos
unicelulares.
Esa
diferenciación, permite la existencia de organismos multicelulares
con sistemas orgánicos complejos ya que los diferentes órganos y
sistemas requieren una fina armonía para realizar sus complicadas
funciones. En éste sentido existen tejidos órganos y sistemas
especializados para reproducir de manera integral un nuevo especimen
totalmente diferente, gracias a la mezcla de los genes de dos
individuos de la misma especie, pero de diferente estructura e
identidad cromosómica, es decir, de diferente SEXO.
Sin
embargo, no es tan fácil como suena, como bien lo saben aquellas
parejas que hacen hasta lo indecible para procrear, cuando esta
sagrada función tercamente se les niega. Por otra parte, en otras
ocasiones, la vida es tan terca (y tan sutil) que se desliza “sin
querer queriendo” como dijo Chespirito. (¡Ah canijos muchachos tan
“calientes”!).
El
Sexo, ese misterioso y maravilloso don Divino, es omnipresente en
nuestras vidas, no cabe duda, pero no es gratuito, no es un juguete,
no es una novedosa o antigua “Apps” del ser humano, es
fundamentalmente un instrumento, un diseño, un Mandato Divino, para
hacer persistir nuestra especie (y mejorarla) en éste planeta.
Como
tal, merece respeto, consideración, atención y cuidados
inteligentes. De ninguna manera es solamente una hermosa y placentera
diversión. Cierto es que probablemente no existe actividad más
placentera en el devenir humano (si podemos hacer abstracción de;
Tripular un esbelto “Ocho-remos-largos-con-timonel”).
Y
¿Porqué es tan placentera la actividad sexual?
Bueno,
pues exceptuando a aquellas iluminadas personas a las que no les
guste (nuestra admiración hacia éllas, eso de éllas no tiene
connotación de “género”, en gustos se rompen géneros), parece
obvio que ese gustito se debe a que si no nos gustara, es decir si no
fuera tan tremendamente placentero, pues el ser humano y la mayoría
de los seres vivos de éste planeta..., simplemente no existiríamos.
Hoy
día se sabe con mayor precisión cuales son los mecanismos de la
sensación placentera, que es netamente cerebral, y culpamos a
estructuras límbicas del Hipotálamo en el Tallo Cerebral, y
también a la presencia e interacción de substancias
neurotransmisoras como la Dopamina, la Adrenalina y hormonas como la
Progesterona y Testosterona. Incidentalmente muchos de estos
mecanismos están presentes en la respuesta cerebral a muchas
substancias enervantes como la Cocaína, la Anfetamina y sus
derivados, de ahí su capacidad severamente adictiva.
La
actividades sexuales hoy día, tal parece que tienen como objeto
primordial la consecución del placer mediante un mayor y mejor
desempeño orgásmico, la mayor satisfacción erótico-sexual. En
muchas, muchísimas “parejas” esto parece ser la única razón de
hacer vida en común. Nos olvidamos que la Familia es la base de una
sociedad sana y funcional, y que las naciones deben su éxito a esta
forma de convivencia.
El
coito y toda actividad sexual, antes después, entre múltiples
individuos del mismo o diferente sexo, de cualquier manera, de
cualquier forma, cualquier posición, cualquier orificio, cualquier
instrumento, con cualquier animal, vegetal, cibernética, virtual,
telefónica o psicodélica, es visto hoy día con admirable (?)
tolerancia y “amplitud de criterio”.
Y
los que vemos en esto una degeneración de la sagrada función sexual
en las sociedades modernas y una clara desviación del poderoso
Instinto Sexual somos tachados de obsoletos, intolerantes,
homofóbicos, persignados y egoístas.
El
admirable Instinto Sexual, está ahí, a veces se pervierte y desvía,
y es preciso que la inteligencia lo conduzca.
Recordaré
lo que un querido maestro mío de la Facultad de Medicina
mencionaba: “El Dios de los cristianos, perdona siempre, el
Hombre perdona algunas veces, pero la Naturaleza..., no perdona
nunca” .
Se
aceptan discrepancias.
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