HOY DÍA DE LA MUJER (LA RAZÓN DE MI EXISTENCIA), Y NO TENGO PALABRAS PARA EXPRESAR MI DEVOCIÓN Y ADMIRACIÓN. A PESAR DE ESO, TENGO LA PEREGRINA
IDEA DE QUE NOSOTROS LOS HOMBRES DEBERÍAMOS DE HACER UN GRAN ESFUERZO PARA TRATAR DE COMPRENDER LAS RAZONES BÁSICAS DEL PORQUE TENEMOS SIEMPRE TANTO CONFLICTO CON ELLAS Y DE ESE MODO LLEVARNOS MEJOR.
LO QUE SIGUE ES EL PRÓLOGO DEL LIBRO: "LA BATALLA POR EL PODER ENTRE LOS SEXOS (LA ETERNA BATALLA), A VER QUE LES PARECE:
La relación humana, es el
asunto más importante que afecta nuestras vidas, esto es así y ha
sido desde tiempos inmemoriales. El hombre es un animal sumamente
gregario, a eso debe de manera fundamental, su éxito como sociedad y
su fenomenal progreso evolutivo. También por cierto, las relaciones
humanas son y han sido de manera muy obvia y continuada, fuente de
innumerables conflictos, guerras, crímenes y una enorme cantidad de
problemas que acompañan a la humanidad, los que por lo cierto no son
exclusivos de nuestra especie, ya que se observan continuamente en la
mayoría de los demás seres vivos que comparten el planeta, quizás
con la excepción de los animales que han logrado una extraordinaria
diferenciación en la organización de sus actividades, como lo son
las hormigas, abejas y otras y en los que por supuesto, los
conflictos existen, pero son con y entre las diversas comunidades
vecinas.
Los problemas de la convivencia,
son en una gran medida inevitables, pero estamos muy lejos (y quizás
nunca lleguemos) a la utópica condición en que “todos los hombres
sean iguales” y nos tratemos “como hermanos”. El conflicto, la
guerra, la violencia, la agresividad, el desacuerdo, la intolerancia,
son característicos de nuestra especie, y si me permiten la opinión,
mucho más severos que en la mayoría de las otras especies. Esto se
debe en gran medida a que nuestra capacidad intelectual., nuestra
diversidad racial, educacional y de género, nos hace tremendamente
individualistas, egoístas e intolerantes.
Las comunidades humanas, motor
de nuestro desarrollo y predominio en el planeta, han propiciado un
enorme progreso científico-tecnológico, así como de las demás
capacidades emotivas-intelectuales, como son las aptitudes
artísticas, el amor, la compasión humana, la justicia social, los
derechos humanos y otras muchas manifestaciones del espíritu humano.
Definitivamente hemos progresado
en muchas de estas áreas. Sin embargo, en otras, como la solución
de conflictos entre naciones, comunidades, familias y aún entre
parejas elementales, de ninguna manera lo han sido. Lo que es más,
tal parece que en muchos (demasiados), aspectos hemos retrocedido o
quedado estancados. Esto se lo debemos, muy probablemente también a
nuestro éxito reproductivo, que ha incrementado tanto las
expectancias de vida, como el crecimiento desmesurado de la población
humana en la Tierra, y también a la poca importancia que se le ha
dado en los procesos educativos, a la educación de las emociones,
control de los instintos egoístas, y muy importantemente a la
negligencia y falta de reflexión en los aspectos más nobles de las
religiones, que preconizan la tolerancia, el amor y la disciplina
como formadora del indomable espíritu humano.
Por supuesto que en gran medida,
las religiones, también tienen aspectos sumamente negativos, ya que
por siglos han preconizado y propiciado la intolerancia, el fanatismo
y la crueldad hacia los que no piensan de la misma manera (y lo
siguen haciendo). Esto ha sido y seguirá siendo fuente inagotable de
conflictos, guerras, odios y crueldad inauditas.
En toda comunidad o conglomerado
humano, la diversidad de funciones, actitudes y actividades, hace que
sea indispensable la existencia de un liderazgo exitoso y fuerte. De
otra manera, la actuación comunal pierde eficacia, progreso y se
convierte en un caos desordenado, que puede conducir a su
destrucción y desaparición, como es fácil de constatar, en el
estudio de la historia de las civilizaciones extintas.
El liderazgo en las sociedades
humanas, es razón básica de la política, entendida como la ciencia
de la obtención del poder para influir en la vida de los demás y de
los valores comunes, y así mejorar las condiciones de vida de la
comunidad. Estas motivaciones básicas, con gran frecuencia se
encuentran pervertidas, por la ambición desmedida y egoísta del
poder público. Pero eso no es el motivo de estas reflexiones, que
más bien están encaminadas a analizar las razones y situaciones que
causan los interminables conflictos de la pareja humana fundamental;
El Hombre y la Mujer, en el contexto de la célula familiar.
A través de los siglos, el
liderazgo en las familias humanas, así como entre los diversos tipos
de comunidad, desde la pareja unitaria, hasta el imperio más
desarrollado, ha oscilado, entre los sexos, y han existido diversos
tipos de dominación política y familiar.
Sin embargo, las relaciones
básicas entre hombre y mujer, han permanecido conflictivas siempre,
aunque es grato reconocer que existen notables avances en el
reconocimiento de las capacidades de liderazgo y predominio de la
mujer, mismas que se han ganado a pulso en las sociedades misóginas
y machistas, esto indica, en mi opinión, un importante avance en el
continuo desarrollo de las capacidades intelectuales humanas.
Sea pues, así expuesta la razón
de las pretendidas disquisiciones acerca de cómo se dirimen y
manejan las frecuentemente conflictivas relaciones entre los sexos.
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