A VER QUE LES PARECE ESTA OPINIÓN:
DERECHOS
HUMANOS, O ¿CHUECOS HUMANOS?
Desde
la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en Diciembre
de 1948. y aunque éramos “humanos” desde hacía tiempo (cerca de
4.5 millones de años), hubo nobles antecedentes como el “Cilindro
de Ciro” tras la conquista de Babilonia en 539 AC, la Declaración
Inglesa de Derechos de 1689 y la Declaración de los Derechos del
Hombre y el Ciudadano en la Revolución Francesa de 1789, desde
entonces prácticamente nadie se refería a los “derechos” que la
raza humana tenía, todos los dábamos por descontados o simplemente
se ignoraban convenientemente. Esto propiciaba infinidad de actos de
barbarie, así como incontables y persistentes abusos de poder.
Atrocidades y crueldades sin límite han marcado la Historia del
Hombre y lo sigue y seguirá haciendo a pesar de estos nobles
intentos de “civilizar” al Homo Sapiens.
Podríamos
analizar el comportamiento humano mencionando que las leyes
naturales, son intrínsecamente inamovibles y comunes a todos los
seres vivos, son además la razón de los básicos instintos de la
Vida como son los de: Supervivencia, Crecimiento, Desarrollo,
Reproducción Territorialidad, Predominio. Esto nos impulsa
vigorosamente hacia actitudes y conductas sumamente violentas, la
Vida misma es una constante lucha por persistir, desarrollarse y
dominar, ésto es indudable. Sin embargo, nuestras funciones
intelectuales, también nos impulsan poderosamente hacia ideales de:
Justicia, Armonía, Amor, Bondad, Generosidad, Belleza, Sabiduría y
Dignidad Humanas. En el desarrollo oncológico e intelectual de la
especie Humana, estas ideas tuvieron sus primeros indicios,
históricamente, en los filósofos griegos, chinos, judíos, persas
y egipcios de hace más de 3000 años, y fueron precursoras del
pensamiento de la Caridad Cristiana y el Amor al Prójimo de las
Culturas Occidental y Oriental modernas.
Sin embargo, la conducta
humana básica, poco ha cambiado a través de los siglos (el Hombre
sigue siendo el “Lobo del Hombre”). El efecto civilizatorio de
las religiones monoteístas y notablemente la Cristiandad, han sido,
por decir lo menos, marginales. Desde el advenimiento de la
Organización de las Naciones Unidas en 1948 y su antecesora La Liga
de las Naciones que fueron creadas ex-profeso para tratar de evitar
las guerras, así como la Convención de Ginebra para evitar las
atrocidades internacionales y el trato cruel e inhumano a los
prisioneros de guerra.
Pese
a todos estos loables esfuerzos para modular el comportamiento
humano, poco se ha logrado y lo único que ha sido capaz de atemperar
la violenta naturaleza humana es el temor al castigo. Los sistemas y
códigos penales también han sufrido constante revisión en ese
sentido, sin embargo su variedad y complejidad, atestiguan de su
ineficacia. La pena de muerte, los castigos psicológicos y
corporales, la privación de la libertad, han dado paso a ideas de
Reeducación y Rehabilitación de los criminales y esto
paradójicamente tampoco ha dado como resultado la disminución de
las conductas criminales y antisociales, antes al contrario, en
muchos países ha resultado en su incremento.
En
nuestro país, el desusado incremento de las actitudes y las
organizaciones criminales es paradójico (por decir lo menos), ante
el advenimiento de una democracia largamente esperada al inicio de
éste siglo. Sorprende en cierta manera que en un clima de mayor
libertad y tolerancia, las conductas criminales se hayan desatado al
nivel actual. o a lo mejor es exactamente por éso. Es decir, son un
subproducto del exceso de libertad.
Por
supuesto que el crecimiento de las organizaciones “humanitarias”
protectoras de los derechos humanos, y de toda otra forma de vida,
parece marcar una mayor y mejor conciencia ecológica y ambientalista
planetario, ésto atestigua un notable incremento en nuestra
Inteligencia Emocional.
En
el México actual, observamos dos tendencias; Una desatada conciencia
de desaprobación y rechazo ante una posible acción gubernamental
“Represiva”, fruto de las acciones superautoritarias de los
gobiernos anteriores, que data de tiempos precolombinos. Está de por
más decirlo, los gobiernos siempre se han caracterizado por oprimir
a la población y así fué en los regímenes monárquicos,
teocráticos y pseudodemocráticos por igual.
En
México la conciencia libertaria hizo crisis en 1968, con la
pregonada y fantasiosa “Matanza de Tlatelolco”, misma que ha
servido como pretexto y razón para los inumerables movimientos de
protesta, desorden y vandalismo ocasionados por un permisivismo
exagerado. Así observamos que el derecho de disentir, manifestarse
y protestar, conduce a un antagonismo exagerado contra las acciones
de la autoridad, que ha sido propiciado anteriormente, por los abusos
de la clase gobernante y agentes de la paz y el orden. En este
sentido, podríamos hablar de una “Reacción Alérgica a los actos
de Autoridad”.
La
segunda tendencia observada con el permisivismo exagerado ante
cualquier conducta, aún actuando dentro de los márgenes de la Ley,
pudiera interpretarse como “Coarctación de la Libertad”. En este
contexto; todo está permitido hasta los límites de lo ridículo,
bajo la premisa grandielocuente de que “Es preferible un exceso de
libertad a una traza de tiranía”.
En
el México tenemos infinidad de ejemplos de lo anterior; Bajo el
amparo de nuestra obsoleta, tendenciosa y supraliberal Constitución
Política de 1924, (que hemos aprendido a venerar como si fuera
dechado de perfecciones), y que en realidad fué diseñada para
reforzar el dominio del estado sobre el poder clerical de antaño,
recordemos que fué realmente el documento que sirvió de pretexto
para la sangrienta Guerra Cristera (1927-30), una brutal represión
del pensamiento religioso, que propició una serie de atrocidades, y
sangrientos abusos que los subsecuentes regímenes priístas han
querido convenientemente olvidar.
Observemos
simplemente, el constante conflicto entre dos “Derechos
Constitucionales” modernos; El Derecho a Manifestación Publica, el
derecho a disentir, y el “Derecho Constitucional al Libre
Tránsito”, a trabajar y vivir libremente, ¿Cual predomina?
En
la actualidad, la lucha ideológica entre los tres sistemas de
gobierno de las naciones modernas; el marxista-leninista, el
capitalista-liberal y los peculiares sistemas islámicos, algunos
monarquías absolutistas y otros “Repúblicas Islámicas”
teocráticas, ha florecido en los últimos 60 años, desde la
finalización de la 2a Guerra Mundial y el inicio de la
llamada “Guerra Fría”. Esto ha mantenido en vilo a las
sociedades modernas al borde de una nueva conflagración armada
internacional. Varios sangrientos conflictos bélicos se han sucedido
en muchas regiones como resultado directo de estas discrepancias,
aunque sobra decirlo, los múltiples y variados intereses económicos
también han jugado un importantísimo papel.
A
esto habría que sumarle la creciente intolerancia hacia las diversas
etnias, razas y maneras de pensar y por supuesto, el exacerbado auge
del Crimen Organizado Internacional, generado por el desmesurado
apetito por substancias psicoactivas de la población mundial, lo que
ha generado una violenta y desmesurada ola criminal y una real y
sangrienta “Guerra contra el Crimen” en muchos países.
Los
preconizados y exaltados “Derechos Humanos” modernos, con sus
consecuentes Organizaciones, Comisiones, Visitadores,
“Ombudsmen”,
Altos
Comisionados, Cortes Internacionales de
Justicia,
se han convertido en el supremo juez de la actividad y conducta
humana, pero
sobretodo de la acción
gubernamental en todos los países, miembros o no de la inoperante
e inútil
Organización de las Naciones Unidas.
Hoy
en día, en México, como en muchos otros países, se ha
desencadenado una
fiebre de
los
“Derechos Humanos como nunca antes, y así vemos (con pasmo), la
proliferación de todo tipo de derechos (que creíamos obvios):
Derechos de la Mujer, Derechos de los Niños, de los Indígenas, de
los Pobres, Derechos a la Alimentación, a
la Educación,
al
Esparcimiento,
al Agua Potable, al
Aire Limpio
(?),
a la
Justicia, a
Una Vivienda Digna, a Vivir en Paz,
de los Discapacitados, de las
Personas con VIH-SIDA, Derechos
de La Comunidad Gay (LHT; lésbico-homo-transvesti, etc), ¿Deberíamos
agregar (si me lo permiten), derecho a Sexo Seguro y Placentero?, a
“Ventosearnos”,
a Morir en Paz, y claro, a Burlarnos de los Políticos?
Por
supuesto que la actitud “civilizada” y humanitaria para regular
la indomable conducta humana, es o debería de ser la norma ética
fundamental del actuar de todos los sistemas de gobierno, esto no
admite duda, pero el juicio de lo que está bien o mal, justo o
reprobable, ha convertido para bien o para mal a estas
organizaciones, cortes y
comisiones en una suprema (y arrogante), Conciencia Mundial.
Y
no es que personalmente esté en contra de la Justicia y Paz Social,
sino que opino que tales entelequias deberían ser el resultado de
otro al parecer inalcanzable ideal; Un Sistema de Gobierno y Justicia
Mundial.
¿No
les parece que irrespectivamente de lo adecuado y civilizado que es
el poseer tantísimos “Derechos Humanos”, es también
indispensable hablar cuando menos tangencialmente de “Los Deberes y
Obligaciones Humanos”? Porque de ésto nadie habla, ni lucha, ni
propone. Dadas las circunstancias que impone el diario vivir en éste
complicado mundo, todo derecho presupone una obligación, un deber y
una consecuencia. Porque me perdonarán los más ávidos defensores
de los derechos humanos. Todo derecho a algo, no es, no puede ser
gratuito; Debe ganarse, debe obtenerse, debe merecerse. No es posible
que únicamente por el simple hecho de existir en este planeta,
automáticamente, al iniciar a vivir, ya alcanzamos la facultad de
ser dueños de todo y protegidos de todo daño a nuestra sagrada
persona y familia.
De
acuerdo, los seres humanos pequeños, débiles e indefensos, los
discapacitados mentales, las personas con diversos grados de
incapacidad deberían tener también diferentes grados de
responsabilidad y claro derechos humanos también diferentes, igual
que todos nosotros.
En
ese orden de ideas, ya que todos somos diferentes, aunque exista la
noción básica y democrática de que “Todos los Hombres Fueron
Creados Iguales”. Sabemos que en realidad esto no es así, claro
que todos pertenecemos a la misma especie; Homo Sapiens, pero “Todos
Somos Intrínsecamente Diferentes”, no existe una persona idéntica
a otra, ni siquiera en el hipotético caso de que fuéramos “Clones”.
¿No
les parece que entre los deberes y obligaciones de cualquier ser
humano, están: La de trabajar y esforzarse para sobrevivir, la de
buscar alimento y vivienda dignos, la de comportarnos como personas
civilizadas y no abusar de los demás seres vivos, a procurar la
armonía del Universo? Por supuesto tenemos la imperiosa obligación
de ayudar y proteger a los niños, a los más débiles, a los más
pobres, asistir y proteger a toda persona que esté a nuestro
alcance, es mandato Divino.
Esta
es mi humilde y sincera opinión, probablemente no todos estén de
acuerdo con ella, pero vale la penar reflexionar ¿No creen?
Dr.
Oscar L Cisneros Guadalajara Jal.
10 Abril, 2013.
Papi,
ResponderEliminarMuy bueno tu artículo, algo pesimista pero también muy cierto. Como dices la dualidad de las personas: entre el bien y el mal siempre uno luchando dentro de uno mismo para que lo bueno salga y lo malo no brote con nuestros actos y nuestras palabras, ¡que difícil!
Sobre que debería también haber un listado de nuestras obligaciones ciertísimo!! porque aunque en los derechos de los demás están nuestras obligaciones, esto es, si mi hijo tiene derecho a ir a la escuela, mi obligación intrínseca como padre es proporcionarle un lugar en donde pueda ir; y así en todos los derechos, hay una obligaión que muchas de las veces nos hacemos "loquitos" para no cumplirlas.
Muy interesante, te felicito y sigue adelante con tus artículos!!
Atentamente,
La eternamente (o por lo menos que siempre trata de serlo) optimista Paty
Yo tambien estoy muy de acuerdo. Las personas debemos tener derechos pero tambien obligaciones para procurarnos el bienestar y sobrevivencia, respetando los derechos de las demas personas. Recordando lo que mejor dijo Benito Juarez). Sobre todo los que somos afortunados de tener todas las facultades y capacidades fisicas y mentales. Cada quien a su nivel de capacidades debe tener ciertos derechos y obligaciones. "A todo poder corresponde una responsabilidad". Parece ser que cada vez se habla mas de los derechos que uno tiene sin importar los derechos de otros. Y cada grupo, persona, organizacion tiene su verdad y en base a eso exigen sus derechos o quieren obligar a otra personas a actuar o pensar como ellos. Hay que respetar, eso es la primera obligacion.
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