LA
ESTRELLA DE BELEN
EL
NACIMIENTO DE UN REY
“Un
grande y maravilloso signo apareció en el cielo; Una Mujer vestida
con el sol
y
con la luna a sus pies, una corona de doce estrellas en su cabeza,
Élla estando
encinta, lloraba de dolor, estando a punto de dar a luz Entonces
otro signo celestial apareció; Un enorme dragón rojo con siete
cabezas coronadas y diez cuernos,
su cola barrió
violentamente un tercio de las estrellas,
las
arrojó hacia la Tierra y se dispuso a devorar al Niño.
Entonces élla dio
a luz a un Hijo, un niño varón,
El cual regirá a
las naciones con un cetro de hierro”.
(El Libro de la
Revelación. Juan, Capitulo 12).
Es
ampliamente conocido el hecho de que en varios pasajes de las
Escrituras Sagradas de la tradición Judeo-Cristiana, se ha
profetizado el advenimiento de un Mesías, (del hebreo
maschiaj,
el “ungido”, que sería el Salvador o aquel a quien se espera
como el liberador de los males. Ambas culturas y creencias difieren
sin embargo en el hecho fundamental de que el Mesías ya ha hecho su
aparición en la persona de Jesús el Cristo, o de si todavía está
por venir en tiempos futuros.
En
varios textos se relaciona el advenimiento de un Salvador o enviado
divino, con la aparición de una estrella o suceso celestial de gran
trascendencia, y así leemos en el Libro de los Reyes;
“The Messiah would be revealed by a regal star” (Balaam
24:7).
También la bellísima
narración de los Magii en su azarosa búsqueda de el Rey-Niño-Dios
de los judíos, en donde los guía una esplendorosa estrella oriental
(Mateo 2: 1;7)
Escolares y
científicos de los últimos veinte siglos han debatido acerca de
estos portentosos acontecimientos celestiales, sin poder definir con
rigor científico astronómico la aparición de tal fenómeno
cosmológico. Modernamente tal hecho parece poseer poca importancia a
los ojos de personas de diversos grados de interés y formación
cultural y científica, incluso desde el punto de vista estrictamente
pragmático podría serlo así. En realidad no importa si existió o
no tal estrella, ya que tal hecho no cambia para nada las creencias
religiosas ni los dogmas de Fé de la Cristiandad.
Por
muchos milenios, probablemente desde los primigenios tiempos de la
aparición de la especie humana en la tierra, (aproximadamente hace
3.5 millones de años), los primitivos homínidos (Australopithecus
grácilis).
Al lograr la bipedestación, es decir caminar erguidos, fueron
capaces de examinar el esplendoroso cielo arriba de sus cabezas; ¡Qué
portento debió de haber sido tal espectáculo!). La idea de la
grandiosidad del Universo y su magnificencia debió sin duda
asombrarles al tratar de entender su significado y esencia en
relación a su existencia y los fenómenos naturales a los que estaba
sujeto. La idea de la religión y del conocimiento científico,
debió sin duda nacer en su mente. ¿Cómo explicarse todo aquello
que veía y acontecía a su alrededor?
Y así nació la
ciencia astronómica, que dadas las limitaciones del desarrollo
cerebral humano y su capacidad de sondear el Cosmos, se concretaba a
la observación y la relación de los fenómenos climáticos y su
interacción de los aconteceres de los hombres. La Astrología es
pues la madre de nuestra moderna y pomposamente científica
Astronomía, Cosmología y Física Teórica y Quántica.
La Astrología se
convirtió en un conocimiento fundamental muy apreciado que competía
y daba valor y substancia a muchos movimientos religiosos, que aún
persisten en nuestros días. Y además vale la pena decirlo, también
se ha convertido en un muy lucrativo negocio pseudocientífico no
extento de perversidad y engaño popular. Así la Astrología hoy
día, sorprendentemente continúa siendo materia inmensamente popular
y la fé en sus dictados es universalmente aceptada por personas de
muy diferente estrato social y económico (lo cual no habla muy bien
de nuestra capacidad de razonar).
Por supuesto desde
hace muchos siglos, las personas doctas y sabias eran estimadas por
sus conocimientos de los cuerpos celestiales y sobretodo por el
significado(oculto para los legos) de sucesos futuros y de su
influencia con hechos terrenales. De tal modo que los astrólogos,
eran altamente reverenciados y sus conocimientos muy apreciados y
valorados por la realeza. Estas personas eran denominadas “Magii”
o “magos”, y eran frecuentemente hechiceros, sacerdotes, brujos o
chamanes, su conocimiento y manejo del mundo espiritual y de toda
“ciencia oculta”, estaba fuera de toda duda.
Por muchos años el
advenimiento de un Niño-Dios Mesías y su estrella anunciadora, fué
atribuida a la presencia de un cometa, el Cometa de Halley que
aparece cada 88 años, probablemente fue contemporáneo, sin embargo
no existen datos históricos que apoyen tal visualización (que debió
de ser sumamente evidente por muchas culturas). También se atribuyó
tal fenómeno a una Supernova (una estrella de neutrones explotando a
niveles cósmicos), tampoco se ha encontrado evidencia histórica de
tal suceso. Estrellas como Sirio, Vega o Altair y también a una
“Doble conjunción de Júpiter y Venus”, sin poder tales
hipótesis ser confirmadas astronómicamente.
Recientemente un
astrónomo norteamericano de la Universidad de Wisconsin, encontró
datos muy interesantes en una antigua moneda de bronce procedente de
Antioquía datada a la época de el César Augusto (Siglo I, AC); En
donde se muestra la imagen de un carnero (Aries símbolo de los
judíos), volteando la cabeza hacia una gran estrella en el extremo
superior derecho de la moneda y varias flechas indicando subsecuentes
posiciones de la misma, primero hacia la izquierda (Oriente) y luego
debajo de Aries y regresando hacia la posición inferior y luego
superior izquierda en conjunción con la luna, en donde adquiere una
mayor magnitud. La estrella en cuestión en relación con la
constelación de Aries y su doble“ocultación” (eclipse) por la
luna, no pudo ser otra sino Júpiter o Zeus, la “Estrella Real”,
a la que se le atribuían poderes de conferir realeza, sobre todo en
conjunción con la Luna, es decir que predecía un nuevo rey. La
primera ocultación ocurrió en Agosto 23, 5 años AC , la segunda
(cuando la estrella tenía la posición más oriental) ocurrió en
Abril 17, 4 AC y la tercera, cuando el planeta regal, permaneció
estacionario, Diciembre 19, 4 años AC. Además observaciones
astrológicas romanas mencionan que los movimientos del, planeta
“real”, eran heraldo del nacimiento de una persona omnipotente e
inmortal de naturaleza divina y que nacería bajo el signo de los
judíos (Aries, el “carnero”). Esto parece confirmar las
menciones de la Estrella de Belén, tal y como le expresa la
anotación bíblica de Mateo:2; 1-7.
El Dr Michael Molnar
es un destacado astrofísico contemporáneo, que se ha distinguido
por sus múltiples trabajos científicos que nada tienen que ver con
profecías ni con temas religiosos. Estas observaciones basadas en la
moneda que adquirió fortuitamente en una vacación en la región
mediterránea, le han dado subsecuente fama como conferencista,
autor, invitado a varios shows de Televisión y a Nacional
Geographic.
Los movimientos al
parecer extraños del planeta Júpiter, pueden ser fácilmente
explicados debido a su peculiar órbita en relación con la Tierra,
inclusive su aparente posición estacionaria es explicable debido a
su paralelismo con la nuestra en un punto de su elipse.
Hoy día si observamos
el cielo antes de la medianoche, podremos observar una estrella
refulgente en el horizonte oriental, se trata de Sirius,
probablemente el astro de mayor magnitud a ésas horas de la noche,
indefectiblemente parece decirnos. “Sí, aquí estoy!”.
En estos días, cuando
todo acontecer humano, parece ir en dirección a todo tipo de crisis,
daño y deterioro tanto de nuestro mundo físico como moral, tal
parece que la especie humana no tiene remedio en su afán de
destruirse así misma y dañar irreparablemente nuestro planeta.
Probablemente conviene volver los ojos al cielo asombrados y
agradecidos por la promesa que está en el, y que parece indicarnos
el rumbo de Aquel que vino humildemente a mostrarnos que el Amor
hacia el Creador y su Obra, es indudablemente; El CAMINO...
Feliz Navidad
con afecto, Doccis.
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