RESPIRANDO
UN RAYITO DE SOL
Amigos:
Estamos metidos en un largo y tenebroso laberinto existencial. ¿Cómo
nos metimos en esto? Serán los azares del destino, las decisiones
que tomamos al haber nacido?, nuestros ancestros, las fuerzas
cósmicas de nuestro Karma?..,no lo sabemos, pero ya que estamos en
éstas conviene meternos de lleno en la ardua tarea de solucionar los
problemas y sobrevivir. Mi padre decía que la vida es una serie de
etapas (niñez, adolescencia, juventud, edad madura, etc) y una
sucesión de problemas inherentes a la época y lugar donde nos tocó
vivir.
Año
2020 AD, mes junio, continente americano-México, localidad? local
(buscar su GPS). ¿Problemas?, unos cuantos, cada quien tendrá su
particular carga existencial. Yo yá la libré, octagenario güevón, casa techo y comida, nadie me mantiene, bueno ustedes (con sus impuestos,
soy jubilado del IMSS).
Para
no enredarnos más en estas reflexiones que a algunos podrían
parecer insensatas o inútiles, interpretando el sentir popular, les
diré que lo que más nos preocupa a todos, es esta maldecida
Pandemia CoVid-19. (voy bien o me regreso?) pasará (todo viene, pasa
y se vá, decia mi santa madre), efectivamente, todo lo que inicia
es así (curva Gaussiana) pequeño, grande y pequeño otra vez, y se
acaba o se hace crónico como la pendejez. El supermentado virus
también esta sujeto a las leyes naturales no les quepa duda. Los
que sobrevivan a esta alucinante patología me darán la razón
dentro de unos meses.
¿Problemas?
“Todos los problemas tienen solución”, decía un amigo, Victor
Solorio, fontanero de ocupación, filósofo por vocación, “todo,
menos la muerte doctor” decía, y yo agregaba; “Es verdad, pero
la muerte a veces, es la mejor solución”.
La
enfermedad respiratoria que produce este Covid-19 hasta ahora parece
incurable, no existe medicamento específico, ni vacuna preventiva,
todo lo que tenemos y nuestros sabios funcionarios de salud pública
no cesan de repetir hasta la saciedad son; “Qédate en casa y
lávate las manos” El inicuo Subsecretario de salud que padecemos
inclusive duda de la eficacia del cubrebocas o mascarilla quirúrgica.
Como resultado, la Pandemia se ha disparado a cifras alucinantes. No
me cabe duda que todos los científicos médicos del planeta están a
marchas forzadas y seguramente producirán los anhelados
medicamentos que nos protejan de esta terrible enfermedad, mediante
medios biológicos, químicos o inmunológicos y un antiviral y una
vacuna eficaz pronto estará en el armamentarium médico.
La
Ciencia Médica moderna tiene tres fundamentales armas terapéuticas:
La Cirugía, la Medicina Interna y la Medicina Preventiva. Veamos el
caso de una enfermedad temible el Cáncer. Existen el tratamiento
Quirúrgico (mutilante), el Tx Quimioterápico (tóxico) y el Tx
Radioterapéutico destructor del tumor con radiaciones. En el caso de
Covirus-19, no tenemos ninguno. El Tx quirúrgico es inpensable, en
la literatura médica solo un caso de un paciente que sobrevivió al
virus, pero con los pulmones tan cicatrizados que los hacía
inservibles, se practicó un trasplante de ambos pulmones
exitosamente (hasta ahora).
Ahora
viene lo emocionante: EL RAYITO DE SOL.
El
Sol, nuestra gran estrellota personal, en realidad no es “nuestra
estrella”, más bien nosotros somos sus hijos, sus satélites (o
entenados, si lo prefieren), Somos el 3er
planeta, el consentido, tenemos todo; campo magnético, centro ígneo,
atmósfera, composición química, temperatura, inclinación de
rotación de sobre nuestro eje (que propicia cambios estacionales),
agua líquida, oxígeno, todas las condiciones favorables para la
vida. Toda la materia y energía que tenemos se la debemos al Sol.
Además todos los dias (desde que Dios amanece) nos baña con un
torrente inagotable de energía de todos los tipos; electromagnética,
gravitacional, luz de todos los espectros, rayos cósmicos, rayos
gamma, rayos X, radioactivos, inumerables partículas subatómicas
como; protones, electrones, miones, neutrinos y vayan ustedes a
saber. Se calcula que la energía que el sol nos envía cada minuto
equivale a mil bombas atómicas como la de Hiroshima. Además toda la
energía que a diario consumimos y tenemos enterrada nos durará
aproximadamente otros dos mil años más. Bueno ¿y qué hacemos con
esta fortuna? Está claro, dilapidarla y usarla para destruir el
planeta azul.
Desde
hace mucho tiempo se conoce la naturaleza y propiedades de la luz
solar, el espectro de la luz visible va desde la infraroja hasta la
ultravioleta. También desde hace tiempo se demostró que la
radiación ultravioleta tiene propiedades germicidas y destructivas
de los compuestos básicos de la vida, es decir los ADN y ARN (ácidos
adenonucleíco y adenoribonucleíco) que son la base de los procesos
de replicación celular, es decir; la mitosis mediante la cual nos
reproducimos constantemente y estamos vivos. La luz ultravioleta se
utiliza en los procesos de purificación de agua y alimentos, el aire
de los quirófanos, neonatos e inmunosuprimidos, en el tratamiento de
infecciones crónicas severas como la tuberculosis peritoneal.
En
la Naturaleza estamos en una guerra constante para sobrevivir, el más
apto, el más fuerte el más resistente predomina y se come al débil,
es la constante natural. Estamos rodeados de seres vivos en ardua
competencia para sobrevivir, algunas especies se asocian o ayudan
para para sobrevivir. Estamos rodeados de microorganismos que tratan
precisamente de destruirnos y nutrirse de nosotros. Los mecanismo de
defensa que tenemos los seres vivos están incluídos en nuestro
organismo, pero no son infalibles ni eternos y se avejentan igual que
los demás. Éso es lo que pasa con el nuevo Coronavirus, que es una
mutación intraespecies novedosa, nuestras defensas naturales son muy
escasas o muy débiles. No tenemos medicamento químico antiviral
eficaz, ni anticuerpos específicos (vacuna).
Pero,
Ay! Si somos guajes!... Tenemos la luz del SOL! y en élla tenemos
un eficaz germicida y viricida!!!
No
hemos caido en cuenta, pero tenemos un poderoso aliado de muestra
parte que ni siquiera habíamos pensado, ¡EL SOL!
Desde
hace algunos meses he tratado de influenciar a nuestras autoridades
sanitarias, para utilizar las propiedades de la radiación
ultravioleta para disminuír la carga viral de los pacientes. Y he
encontrado solo escepticismo y burla. Concretamente propuse
introducir una pequeña dosis de luz ultravioleta al árbol
respiratorio. Un connotado especialista me dijo “Me parece una
ocurrencia disparatada”.
Sin
embargo, necio que soy, he diseñado y producido un dispositivo
modelo para irradiar nariz y garganta, es experimental y simple, pero
funciona. El Covirus 19 es un parásito intracelular estricto, no
puede vivir fuera de las células humanas y tiene afinidad por los
tejidos respiratorios. El cubrebocas o mascarilla quirúrgica, las
caretas, guantes y materiales de protección que se utilizan en el
manejo de éstos pacientes tiene como propósito fundamental ofrecer
una barrera al contagio contra las microgotas del aliento, tos y
estornudo de los infectados.
El
mecanismo que yo propongo es destruir los virus en su entrada al
árbol respiratorio, es decir; la nariz y la garganta, ante los
primeros síntomas de la enfermedad, porque cuando el virus ha
llegado a la vía respiratoria baja, sería necesario introducir
endoscópicamenrte una sonda de fibra óptica para irradiar tráquea
y bronquios. Está claro que es imposible esterilizar totalmente el
aparato respiratorio, ni aniquilar completamente al virus, se
necesitarían dosis masivas de radiación UV que serían muy dañinas
para el paciente. De igual manera pasa con la quimioterapia contra
el cáncer y todos los tratamientos para todas las enfermedades. El
secreto está en la dosis y en su frecuencia.
Se
sabe que todas las substancias conocidas pueden ser tóxicas. Eso
depende de su composición físico-química, de su concentración y
de su cantidad. Hasta el agua o el oxígeno pueden ser letales... El
agua muy caliente, muy fría o en gran cantidad puede matar..., no es
así?